
La industria española teme que la huelga de la estiba se extienda a otros países de la Unión Europea y termine por lastrar sus exportaciones e importaciones. De momento, los trabajadores portuarios de los países vecinos ya se han negado a descargar los buques que iban con destino a nuestro país y que fueron desviados para esquivar los paros, que hoy continúan. Los puertos afrontan hoy una nueva jornada de huelga de estibadores.
"Los contenedores no han sido descargados y seguirán sin serlo si la huelga en España se mantiene", sentencian fuentes del sindicato International Dockworkers Council (IDC), que a principios de mes aseguró que sus 115.000 afiliados en todo el mundo iban a apoyar "las acciones que emprendieran sus compañeros (españoles) con todas las consecuencias".
En principio no está "prefijado" que los estibadores de otros países como Francia, Portugal, Malta o Italia se sumen a la huelga convocada por Coordinadora, UGT y CCOO s pero fuentes de IDC aseguran que "siempre están en contacto" con otros sindicatos para llevar a cabo acciones solidarias y de respaldo. En este sentido, el pasado mes de marzo, IDC convocó movilizaciones en todos los puertos del mundo para mostrar su apoyo al colectivo español. Las acciones de presión finalmente se desconvocaron porque el Real Decreto Ley fue rechazado en el Parlamento. La reforma que liberaliza el sector de la carga y descarga de mercancías en los puertos no se aprobó hasta mayo.
Así, un alto ejecutivo del sector químico explica que lo que más les preocupa es que los demás puertos europeos, que actualmente se usan para desviar las mercancías con destino a España, se paren también y se mantengan en sus trece de no recepcionar los contenedores que iban a ser descargados o cargados en nuestro país. Y es que, usar otros puertos es el plan b elegido por la industria y las navieras para hacer frente a la huelga de la estiba. Por parte de la industria es una medida limitada a envíos muy urgentes o a determinados clientes ya que, en principio, no existe una gran capacidad de maniobra porque, por un lado, los puertos como Marsella o Sines ya tienen cubierta una gran parte de su capacidad y, por el otro, los estibadores son muy solidarios entre ellos y en seguida buscan poner coto a estas alternativas.
De cara a la importación de mercancías, se limitan a vetar los buques o contenedores cuyo destino inicial era España. Si la naviera decide obviar nuestro país como destino desde un primer momento, sí que se descargarían. Esto sucedería si la huelga se alarga mucho y se corre el riesgo de que se pierdan tráficos de forma indefinida, tal y como ha alertado el ministro de Fomento, Íñigo de la Serna.
Aguantar dos semanas
Además de buscar vías alternativas, en las últimas semanas, las empresas han acelerado el envío y la recepción de mercancías para cumplir con sus clientes y asegurar el avituallamiento de cara a los paros convocados por los estibadores durante las primeras tres semanas de junio. La maniobra permite a la empresas afrontar paros de hasta quince días consecutivos pero, si el conflicto se enquista y extiende, empezarán a notar las consecuencias en su operativa y cuentas de resultados. "Los clientes están acostumbrados a las huelgas portuarias pero si el envío se retrasa más de quince días lo normal es que cambie de proveedor", aseguran desde Feique.