
El precio de la tradicional bombona de butano de 12,5 kilogramos subirá un 5% hasta los 14,18 euros el próximo 16 de mayo, es decir, 66 céntimos más que en la revisión anterior de marzo. El incremento permitirá compensar la venta a pérdidas de los meses anteriores y evitar un nuevo choque judicial entre el Ejecutivo y las petroleras.
Con este escenario, la situación del sector del butano mejora, ya que la limitación de los incrementos de coste al 5% habían llevado el precio de la bombona a pérdidas durante los últimos meses.
Desde que la bombona de butano se situó en su precio mínimo en julio de 2016, cuando se pagaba a 11,27 euros, el coste se ha incrementado un 25,9%. No obstante, en ese mismo periodo el precio del petróleo ha registrado un incremento superior, ya que ha pasado de una media de 39,73 dólares en junio a 53,67 dólares por barril en los tres primeros meses de este año (un 35% más).
Alejado de máximos
El actual precio de la bombona de butano sigue además muy alejado del máximo histórico de la bombona, que se sitúo en los 17,5 euros que tuvieron que pagar los usuarios entre el 14 de mayo de 2013 y el 16 de marzo de 2015.
El sector se vio forzado a llevar al Gobierno ante los tribunales por los daños sufridos con la aplicación de la orden ministerial ITC/2/2608/ 2009 en la que se fijaban los precios máximos de venta de la bombona de butano. Esta orden fue declarada nula por el Supremo el 19 de junio de 2012. La sala de lo contencioso administrativo del Tribunal Supremo avaló varias sentencias de la Audiencia Nacional que obligan al Estado a indemnizar a Repsol, Cepsa, Galp y Disa por obligarles a vender butano a pérdidas. En concreto, el tribunal ha desestimado varios recursos de casación presentados por el abogado del Estado y confirmó la sentencia de la Audiencia, en la que se reconocía la compensación a la que deberán sumarse los intereses legales.
Tras la anulación de la orden, las petroleras tuvieron que demostrar que su aplicación les supuso un perjuicio económico. Al aplicarse la prueba pericial, se calcularon los ingresos que la empresa habría obtenido de estar en vigor el anterior precio máximo.
Según las cuentas que realizaron fuentes del sector, el Gobierno deberá indemnizar con más de 200 millones de euros a las petroleras por esta cuestión.
El Gobierno decidió liberalizar la bombona de butano de Cepsa en 2014, menos pesada, y permitir que la petrolera aplicara un precio libre en el mercado, es decir, algo más caro que el regulado y sin obligaciones de servicio a domicilio.
La compañía comenzó a partir de ese momento a extenderse por algunos de los principales mercados donde antes no operaba (Cataluña, País Vasco y recientemente Canarias) y forzó a Repsol a lanzar en mayo de 2015 una botella de las mismas características, la llamada K-12. Esta bombona, que solo se distribuye en las estaciones de servicio, tiene también un precio libre.
Repsol, por su parte, sigue manteniendo la obligación de suministro a domicilio y a las islas, lo que en muchos casos supone costes adicionales para la compañía, que mantiene una cuota de mercado de más del 70%. La petrolera además ha tenido que acometer un proceso de ajuste en el negocio de butano en España para tratar de mantener su rentabilidad.
El Gobierno negoció en su día la creación de una bombona de butano social para los consumidores más vulnerables, pero finalmente el acuerdo no llegó a buen puerto.
El sector quiere incrementar el uso del gas licuado de petróleo a través de su uso para automoción. La intención es aprovechar las ventajas fiscales que ofrece el producto y las ambientales para incrementar su presencia en nuestro país. El objetivo de sector es llegar a los 1.500 puntos de suministro en los próximos tres años.