
La historia de la Sareb (Sociedad de Gestión de Activos procedentes de la Reestructuración Bancaria) empieza en enero de 2013. Conocida popularmente como el banco malo, compró, con ayudas públicas, a los bancos y cajas sus activos problemáticos ligados al ladrillo. Liderada desde hace dos años por Jaime Echegoyen, la Sareb ha cumplido con su tarea de estabilizar el sistema financiero y ahora sirve como ejemplo para el modelo del banco malo europeo. | Más noticias en el suplemento gratuito elEconomista Inmobiliaria.
¿Qué balance hace de la Sareb desde su creación hasta ahora?
Nació como una pieza clave en el momento álgido de la reestructuración bancaria en España en 2012 y hasta ahora es razonable decir que estamos satisfechos de lo que se ha conseguido en estos casi cinco años. Hemos conseguido cumplir aquello para lo que nació, que es para dar confianza al sector y servir en esa reestructuración del sector financiero y reactivar el sector inmobiliario, sin llevarnos por delante a ninguno de los dos. Si nos hubiéramos puesto a vender activos como locos, probablemente hoy no estaríamos aquí. Se ha hecho todo de una manera lógica y ya hemos devuelto aproximadamente el 20% de la deuda que estaba materializada en bonos con garantía del Tesoro.
Bajo su experiencia como presidente de la Sareb, ¿volvería a hacer del mismo modo el 'banco malo'?
Nada es igual en el tiempo cuando tienes que tomar una solución con los ingredientes que hay en ese momento. Pienso que se hizo muy bien, pero quizás algo tarde. Se hizo bien, porque se consiguió arrinconar una parte del problema. En aquel momento la morosidad bancaria en España era de más de 400.000 millones de euros y decidimos resolver una cuarta parte, que en nuestro caso se cifra en 107.000 millones. Este es el valor nominal que tenía la transferencia de los activos que se hizo a Sareb, lo que nosotros compramos y que pagamos por los bonos 50.700 millones de euros. Si se hubiera intentado abarcar todo, seguiríamos igual.
¿En qué se basa el negocio principal de la Sareb?
El foco principal de nuestro negocio y en el que estamos dedicados en un 95% es en la gestión de activos para la venta a través de cuatro servicers: Altamira, Haya Real Estate, Servihabitat y Solvia. Pero tenemos otras actividades que también desarrollamos y algunas que vamos a desarrollar, porque nuestra teoría es que todo lo que se pueda hacer hay que probarlo, ya que tenemos un tiempo limitado. Empezamos con 50.700 millones y a cierre de 2016 ya íbamos por los 40.100 millones.
¿Qué otras nuevas actividades van a desarrollar?
De los 3.900 millones de euros de ingresos del año pasado, 2.800 millones vinieron por los préstamos y el resto por la venta de inmuebles. Por tanto, la actividad dentro de los préstamos es muy importante. La fuente número uno de nuestros ingresos en esta rama viene primero por la amortización y cancelación de créditos, luego por los intereses y en tercer lugar por la venta, y ahora vamos a centrarnos en esa tercera vía. Pensamos hacer una plataforma interna de Sareb, que será restringida, donde invitaremos a profesionales que saben lo que compran y que estén cualificados para poder elegir una gama de préstamos. Estamos iniciándola ahora y esperamos hacer las primeras pruebas a finales de verano, con un volumen de préstamos inicial de 10 millones. En función de su acogida, iremos sumando más volumen de negocio.
Las cuentas de la Sareb no terminan de salir, hay pérdidas. ¿Cómo van a afrontar los próximos años?
El mandato que tenemos es ser capaces de devolver el dinero que en su momento se nos dio para comprar esos activos y hacerlo de una manera ordenada, sin volver a pedir dinero. Nunca estuvo en nuestro mandato, además, ganar dinero, porque si hubiéramos ganado dinero siempre habría alguien que diría que compramos los activos muy baratos y a lo mejor deberíamos de haber pagado más por ellos y se diría que especulamos. En nosotros hay especulación cero. Lo que hacemos es mirar el valor de mercado de los activos que tenemos y siempre que podemos los vendemos. Solamente mantenemos algunos de ellos dentro de nuestra cartera en desarrollo a futuro cuando pensamos que eso es lo mejor para el accionista. Actualmente tenemos una cantidad de recursos propios de 4.000 millones y con eso tenemos que durar hasta el año 2027.
Pinche aquí para leer la entrevista completa en la revista Inmobiliaria de elEconomista