Empresas y finanzas

"A España todavía le queda mucho que hacer en materia de innovación"

José Ramón Magarzo, presidente de Altran.

Con más de 30 años de experiencia en el sector, José Ramón Magarzo no es un ejecutivo a la antigua usanza: transmite sus conocimientos de forma cercana, sin dar rodeos y siendo un firme defensor de la revolución digital en la que estamos inmersos. Ha pasado por grandes firmas de consultoría hasta ocupar el cargo de presidente de Altran para el mercado de España y Portugal, una de las regiones más importantes para el grupo galo.

¿Qué resultados ha registrado Altran a cierre de 2016 en España? ¿Qué previsiones tienen para 2017?

A nivel mundial, Altran ha llegado a facturar 2.120 millones de euros. Si hablamos de España, la cifra es de 192 millones de euros, lo que supone una cantidad cercana al 10 por ciento de la facturación total. Respecto al dato de 2015, el mercado español ha registrado un incremento del 16,4 por ciento, frente al 9 por ciento del global. Para el año que viene esperamos crecer en el entorno del 10 por ciento y alcanzar los 210 millones de euros de facturación.

¿A qué se debe el buen comportamiento del negocio español?

El mercado se ha recuperado y tenemos un equipo bastante sólido para acometer todas las oportunidades que surgen. Es un buen momento.

¿Para aumentar el crecimiento tienen previsto hacer compras?

En España tenemos un tamaño más que acorde al del mercado. Únicamente estamos interesados en crecer con alguna compañía muy nicho que nos complemente en alguna capacidad que nos pueda interesar muy vinculada a las nuevas tecnologías: buscamos ingenierías centradas en el ciclo de vida del producto. Quizás en algún área geográfica donde tengamos alguna debilidad, pero nuestra idea es seguir creciendo fundamentalmente de forma orgánica, al contrario de lo que estamos haciendo en otros países como Estados Unidos, Alemania e India.

¿Tienen previsto contratar nuevos empleados? ¿Qué perfiles buscan?

Tenemos previsto un crecimiento en la plantilla del 12 por ciento, lo que supondrá la contratación de 1.200 profesionales a lo largo de 2017. Los perfiles más demandados son expertos en ingeniería, tecnología y sistemas digitales. Siempre es curioso que, a pesar de la situación que hay de desempleo en España, todo lo que tiene que ver con las tecnologías tanto ingenieril como de tecnologías de la información y todo lo vinculado al mundo digital tiene mucha demanda.

¿La gente está bien formada en España?

Hay un cierto desencuentro entre lo que la universidad produce y lo que las empresas encontramos. Eso no ha evolucionado todo lo que debería evolucionar. Esa brecha todavía se hace más grande conforme se desarrolla el mundo digital, la industria 4.0, etc. Todos los perfiles que demandamos -tecnológicos, científicos o matemáticos- tienen una buena base para aprender y trabajar en empresas, pero hay que darles formación adicional.

Altran es una compañía defensora de la innovación, como muestran sus centros de alto rendimiento y excelencia...

Estos centros nacen de la necesidad de dar más valor a nuestros clientes porque estamos cambiando el modo de relacionarnos con ellos. Estos centros mundiales de excelencia pretenden ser una especie de hub donde se acumula el conocimiento. Desde ahí, o bien se apuesta para entregar, vender y ejecutar los productos, o bien para formar el resto de países para esas competencias. Este año se van a poner en marcha tres centros de alto rendimiento: uno de innovación y diseño, otro enfocado en la fábrica 4.0 y otro de redes avanzadas de telecomunicaciones. Lo que pretendemos es acumular el conocimiento en temas que sean que requieran un expertise y muy nicho y que no tenga sentido tener uno en cada país, o bien en aquellas áreas que son más novedosas que requieren masa crítica para llegar a nivel global. En los tres centros de excelencia España tiene un rol importante. Innovar ya no es una opción estratégica, es una necesidad si queremos permanecer en el mercado. Innova o abdica...

¿Cómo ve a España en materia de innovación?

La inversión en I+D es lo que lleva a una economía más sostenible. Nosotros hacemos un índice de potencial innovador que mide de una manera más objetiva el potencial innovador del país. España está en los países de potencial medio innovador y bajando. Durante la crisis ha habido una situación en la que se ha invertido menos en I+D, pero ahora nuestra situación es más que mejorable. Esto no quita que no haya cosas que no se estén haciendo bien, pero la situación que tiene España no es la mejor. Ahora hay una nueva iniciativa del Gobierno con la inclusión de la Agenda Digital en el Ministerio de Industria; vamos a ver qué tipo de impulso se le da. Yo creo que hay una labor conjunta de Gobierno, autonomías, universidades, empresas y la sociedad en general para trabajar mucho más orientados a la formación y a la tecnología, que es lo que puede hacer que estemos mejor a corto plazo. Hoy por hoy nos queda bastante trabajo por hacer. Es necesario estimular la innovación en el sector privado y, en concreto, encontrar fórmulas que permitan que las compañías medianas innoven y crezcan. También es muy importante conectar mucho mejor con la Universidad con el entorno empresarial.

¿Cuál es su opinión sobre el desarrollo de la robótica en España? ¿Cómo ve al país en 10 años?

Dentro de 10 años no vamos a seguir igual. La robótica cada vez se va a ocupar de más puestos de trabajo. Donde va a haber mucha pérdida de empleos va a ser en puestos intermedios, donde realmente se hacen trabajos que aportan muy poco valor. A ese reto hay que irse enfrentando para cambiar el modelo de sociedad al igual que pasó en la anterior revolución industrial. Por ejemplo, en el sector de la automoción, la robótica lleva muchísimos años presente. Ha destruido puestos de trabajo, pero también ha creado muchos. Los perfiles que se requieren son distintos y el modelo de trabajo es distinto. Lo que sí deberíamos todos es trabajar, cada uno en la parte que le corresponda, imaginarse ese nuevo mundo y ver cómo hay que gestionarlo o poner puertas al cambio y defender lo indefendible. En cualquier sector pasan cosas, ahora lo que está pasando es de una manera más agresiva y más rápida. Hay que adecuarse a ello.

¿Cuáles son sus retos en el corto plazo?

Es el momento de aprovechar lo que para nosotros es una gran oportunidad de mercado. Es decir, que haya tantísimos cambios e impactos que tengan que ver con las nuevas tecnologías de fabricación, la complejidad de la regulación del mundo digital y que prácticamente todos los clientes estén convencidos que tienen que invertir mucho más en I+D para sobrevivir y mantener su posición de liderazgo. Si pensáis en los últimos seis años, las diez primeras compañías por capitalización bursátil a nivel mundial han cambiado: hay cinco compañías que han salido y otras cinco que han entrado. Las nuevas están relacionadas con la tecnología de alguna manera. Ese escenario es muy atractivo para nosotros. Tenemos que ver cómo ayudamos a nuestros clientes con ellos y hacerlo mejor que nuestros competidores. En teoría el entorno es bueno para nosotros, ya el resto depende de que lo hagamos mejor o peor.

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