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Consejos para evitar riesgos al volante si sufres alergia

La primavera trae consigo el brote de las reacciones alérgicas al polen, provocando estornudos constantes, lagrimeo e irritación de ojos, picores y un largo etcétera de efectos molestos que se prolongarán durante el mes de mayo y gran parte de junio como consecuencia de la polinización de las gramíneas, el plátano de sombra y el olivo, principalmente.

Este es un obstáculo que dificulta la conducción de quienes la sufren -1 de cada cuatro españoles- e incrementa el riesgo de sufrir un accidente si no se toman medidas preventivas, concretamente en un 30%: circulando a 80 kilómetros por hora, un estornudo provoca que se recorran cerca de 30 metros con los ojos cerrados. Por ello, desde la tienda online de recambios Endado.com ofrecen una serie de recomendaciones cuyo objetivo es garantizar una conducción segura para los alérgicos.

-Si tomas antihistamínicos, consulta con tu médico, puesto que en algunas ocasiones pueden producir somnolencia. Asimismo, es recomendable comenzar el tratamiento dos o tres días antes de iniciar un viaje ya que los efectos sedativos disminuyen al adaptarse el organismo.

-Los niveles de polen no son los mismos a lo largo del día. Procura planificar bien los desplazamientos, evitando realizar los viajes durante el atardecer o el amanecer, ya que es en estas franjas de tiempo en las que la concentración de polen es mayor. En cualquier caso, puede consultar el nivel a través de la app Alergo Alarm, desarrollada por la Sociedad Española de Alergología e Inmunología Clínica (SEIAC).

- El uso del aire acondicionado en los vehículos llena el habitáculo de gases contaminantes, polen y polvo provenientes del exterior. Un aire 'viciado' dentro del coche provoca fatiga y en especial a las personas con alergia. Reemplazar algunas piezas del vehículo, como el filtro de habitáculo, puede mejora la calidad del aire en el mismo.

Por tanto, si reemplazamos de forma regular este filtro (que es un componente fundamental), podremos mantener a raya las materias dañinas del aire aspirado, evitando así que se nos pongan los ojos llorosos o estornudemos mientras conducimos. El momento adecuado para su sustitución es cada 15.000 o 30.000 kilómetros -dependiendo del fabricante pero no superando nunca esta cifra- o bien al año de uso.

-No debe olvidarse tampoco de las gafas de sol, un sencillo hábito que generará un gran alivio para proteger los ojos del lagrimeo y los molestos picores al conducir. El porqué de esto es que las personas con alergia son mucho más sensibles a la luz. Hasta que la primavera pase, serán unas buenas aliadas incluso en los días menos soleados.

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