
Salini Impregilo ha presentado una reclamación contra la modificación por parte de las autoridades italianas del contrato de construcción y explotación de la autopista Pedemontana-Veneta, el mayor proyecto de Sacyr en el mundo. La constructora transalpina perdió el concurso original en el año 2007 y ya entonces planteó una impugnación que mantuvo el contrato en suspenso hasta su adjudicación definitiva en 2009.
Ahora, Salini Impregilo, que fue el socio principal de Sacyr en la macroobra del Canal de Panamá, vuelve a la carga. Su denuncia se ha precipitado después de que hace dos semanas la Región del Veneto aprobara una serie de modificaciones en la concesión de la Pedemontana-Veneto con las que garantizar la culminación del proyecto, cuyo presupuesto asciende a 2.700 millones de euros. El proyecto se adjudicó a SIS, filial italiana de Sacyr de la que controla el 49% -el 51% lo ostenta su socio local INC-. En el entorno de la compañía, en cualquier caso, existe tranquilidad y no se prevé que esta demanda tenga ninguna consecuencia.
Salini Impregilo remitió un escrito formal al gobernador de la Región del Veneto, Luca Zaia, en el que le insta a "revocar todas aquellas acciones adoptadas ilegalmente relacionadas con el cambio radical en contrato de concesión con el consorcio SIS" y en el que advierte de que procederá a adoptar medidas adicionales contra la modificación ilegítima de los términos de la concesión.
"Durante mucho tiempo la prensa nacional y local (y el Tribunal de Cuentas) dieron cuenta de que el consorcio SIS no ha cumplido con sus obligaciones (...) para obtener los recursos financieros" del proyecto, señala en su escrito Salini Impregilo, que denuncia que las autoridades italianas hayan cambiado el plan de financiación y los detalles del contrato en lugar de rescindirlo y adjudicárselo a otro constructor.
Como informó este diario, la Región del Veneto aprobó hace tres semanas la inyección de 300 millones de dinero público para la construcción de la Pedemontana-Veneta, una autopista que unirá las ciudades de Vicenza y Treviso a lo largo de 95 kilómetros. Esta decisión permite impulsar las obras y, sobre todo, reducir las necesidades de financiación ajena, estimadas ahora en 1.300 millones.
El nuevo contrato de concesión contempla, además, una curva más aplanada a lo largo de sus 39 años de vida, de forma que la previsión de los ingresos por el tráfico crece en los primeros años y se rebaja en los últimos. "Esto genera más certidumbre a los financiadores", según explican fuentes próximas al proceso.
Los cambios se sustentan en una revisión a la baja de las previsiones de tráfico, lo que tendrá consecuencias sobre los ingresos totales para la concesionaria. Originalmente, la cartera para SIS se estimó en 25.000 millones. Ahora se prevé una reducción de 6.700 millones, de forma que quedará en el entorno de los 18.300 millones. Esto se debe a que es la Región del Veneto la que asume los riesgos de tráfico y no la empresa. A cambio de todas estas medidas, la Administración italiana elimina el canon de disponibilidad de la autopista, por el que preveía pagar 532 millones en 15 años.
Negocia para financiar 1.300 millones
La decisión de la Región del Veneto de inyectar 300 millones de euros y modificar las condiciones de la concesión de la autopista Pedemontana-Veneto ha allanado el camino para el que es el mayor contrato de Sacyr en el mundo. El Gobierno regional ya había contribuido previamente con 600 millones. Ahora, SIS tendrá que acordar con los bancos la estructura de financiación de los 1.300 millones pendientes, que previsiblemente incluirá la emisión de bonos ligados al proyecto.