
El gasto per cápita en la creación y la renovación de sistemas de colecta e instalaciones de tratamiento de aguas residuales en España es de seis euros, ocho veces menos que la media de la UE -50 euros- y nueve veces menos, si se tiene en cuenta solo a los 15 socios que había antes de la incorporación de los países del Este continental.
Los datos, oficiales de la Comisión Europea, se facilitaron ayer durante las III Jornadas del Foro para la Ingeniería de Excelencia (Fidex), centrado en el problema del agua en España y celebrado ayer en Madrid.
El país europeo que más fondos per cápita destina a saneamiento y depuración es Luxemburgo, con 236 euros anuales, seguido de Italia, con 140 euros y Dinamarca, con 69 euros. Por detrás de España únicamente están Suecia, con cuatro euros, y Portugal, con tres euros.
A juicio de Fidex, en España es necesario invertir unos 5.000 millones de euros en depuración y saneamiento en unas 200 poblaciones que no cumplen la normativa europea. La cifra, aunque elevada, es inferior a otras evaluaciones, entre ellas, alguna del propio Gobierno, que han superado los 15.000 millones.
Inversión de 1.100 millones hasta 2020
Desde hace unos años el Ministerio de Agricultura está esforzándose por mejorar la situación, aprovechando 700 millones de fondos europeos para canalizar una inversión de unos 1.100 millones en nuevas plantas de depuración.
Esta inversión, canalizada con el llamado Plan Crece, impulsó 55 actuaciones durante 2015, vinculadas a 73 contratos, con una inversión estimada de más de 250 millones de euros. De éstos, 50 se han licitado entre 2015 y 2016 por importe de unos 136 millones de euros y se han formalizado 40 contratos por importe de unos 78 millones.
En 2017 está previsto iniciar otras 20 actuaciones, con un importe de licitación previsto de 110 millones.
España afronta sanciones europeas por incumplir la normativa europea de depuración, aprobada hace un cuarto de siglo. Ya hay dos sentencias condenatorias del Tribunal de Justicia de Luxemburgo.