
La dueña de 'Carbonell', 'Koipe' y 'Bertolli' pierde 179 millones al sufrir un encarecimiento del 42% en la materia prima que no pudo trasladar a los consumidores hasta meses después.
El aceite se paga a precio de oro, con una subida de más del 42 por ciento en apenas un año, y Deoleo, el mayor productor del mundo por cuota de mercado con marcas como Koipe, Carbonell, Bertolli o Caparelli, triplica la caída de 2015 y registra unas pérdidas después de impuestos en el último ejercicio de 179 millones, hundiéndose en números rojos y cayendo en bolsa, con un descenso acumulado desde enero del 25 por ciento.
¿Cuál es la explicación? Según explican fuentes del mercado, la culpa la tiene la gran distribución. Durante meses impidió a la industria trasladar al consumidor el encarecimiento de la materia prima en el campo y a las empresas, como Deoleo, no les quedó más remedio que sacrificar sus márgenes para poder seguir en los lineales.
En mayo de 2016, el precio que se pagaba a los agricultores por el aceite lampante, que necesita ser refinado para su consumo, se situaba en 2,6 euros por litro; el virgen llegaba a 2,7 euros y el virgen extra a 2,8 euros. Ahora, en cambio, año y medio después, el lampante se ha encarecido ya un 42 por ciento y se compra a 3,69 euros; el de categoría extra ha subido un 37 por ciento y se vende a 3,7 euros y el virgen extra toca el máximo en más de una década y se comercializa a 3,76 euros tras un incremento del 34 por ciento.
Venta a pérdida
La subida se ha producido de forma progresiva en el campo, pero no así en las tiendas, donde los precios se mantuvieron hasta el otoño apenas sin variaciones y el incremento ha llegado de golpe. La distribución obligaba a frenar el aumento de los precios al consumidor e incluso había algunas cadenas, como Dia o Alcampo, que, según denunciaron distintas organizaciones de agricultores ante el Ministerio de Agricultura, se lanzaron a vender por debajo de coste para mantener su cuota y ensancharon aún más la brecha con las marcas del fabricante, impidiendo cualquier tipo de movimiento al alza.
El problema se ha agravado ahora porque al trasladar de golpe la subida, el encarecimiento ha sido tan fuerte -los precios del litro de aceite virgen extra rondan ya los 6 euros- que el consumo se ha resentido y la venta de aceite de oliva se ha empezado a desviar al de semillas, como el de girasol, en este momento mucho más competitivos.
Autocrítica
La principal responsable es la distribución, pero la empresa hace también autocrítica. "Deoleo en el pasado lo ha hecho bastante mal al perder el contacto con el campo y con los agricultores", reconoció el pasado jueves el nuevo consejero delegado del grupo, Pierluigi Tosato, fichado en el mes de septiembre.
De hecho, esta no es la primera vez que la empresa sufre la volatidad de los precios del aceite -en 2015 perdió ya 61,3 millones de euros por razones similares-, y se ha visto obligada a ajustar la producción. A principios del año pasado, Deoleo contaba con cuatro fábricas -Inveruno y Tavernelle en Italia y Alcolea y Antequera en España- que, según ha admitido esta misma semana la nueva presidenta del grupo, Rosalía Portela, solo se utilizaban al 50 por ciento.
El pasado octubre se anunció así la venta de la planta malagueña de Antequera a la cooperativa Dcoop y el cierre de la de Inveruno, en las próximidades de Milán, que finalmente será alquilada. La compañía se ha visto obligada con todo ello a registrar un deterioro patrimonial de 96,3 millones de euros "para adecuar el balance" a su situación real, "o que unido al impacto ocasionado por el cambio en la normativa fiscal -Hacienda ha eliminado deducciones por resultados negativos- ha hecho aflorar las fuertes pérdidas registradas ahora.
Descenso de las ventas
En valor, las ventas de la compañía han caído un 15 por ciento en el último ejercicio, pasando de 817,2 millones a 695,2 millones de euros. Y en volumen el descenso ha sido aún mayor, de un 22 por ciento, como consecuencia de la decisión de priorizar el negocio más rentable frente al resto y centrarse en las primeras marcas. Para la empresa, cuyo primer accionista es el fondo de capital riesgo CVC Capital Partners, la buena noticia es que el ebitda (resultado bruto operativo) ha crecido un 30 por ciento, hasta 46,1 millones de euros, gracias a la apuesta precisamente por negocios más rentables, y que la deuda financiera neta se mantiene estable en 533 millones. Rosalía Portela, presidenta de Deoleo, explica por todo ello, que "no hay ningún problema financiero" y que la compañía tiene músculo suficiente para salir adelante.
Deoleo mantiene un patrimonio neto en su sociedad matriz de 173,4 millones de euros, pero como la cifra ha caído por debajo de la mitad del capital social, que se eleva a 438,7 millones, según la ley de sociedades, ha entrado en causa de disolución. Para solventar esta situación, el camino más lógico es una reducción de capital, aunque, según Portela, "podríamos hacer después una ampliación". Es lo que se conoce como una operación acordeón. La empresa mantiene que tiene recursos suficiente y que es solo un tema contable tras haber saneado el balance. "Es una gripe que teníamos que pasar. Y lo teníamos que hacer cuanto antes", asegura su presidenta. De momento, la acción volvió a subir ayer un 2,44 por ciento, hasta 0,21 euros.