Globalvia ha cerrado la venta del 26,18 por ciento que mantenía en el Puerto de Torredembarra, en Tarragona. La concesionaria española abandona con esta desinversión su actividad en el negocio portuario y dedicará todos sus esfuerzos a crecer en autopistas y ferrocarril.
Según explican fuentes conocedoras de la operación, Globalvia ha traspasado a uno de los accionistas de la sociedad concesionaria Port Torredembarra su participación en la firma, que se encarga de la explotación y el mantenimiento e la marina deportiva Nàutic Tarragona, que cuenta con una capacidad de 714 amarres y 4.000 metros cuadrados de locales comerciales.
La Generalitat de Cataluña otorgó la concesión para construir y gestionar el Puerto de Torredembarra en 1992 durante 30 años -aún le restan siete años hasta su vencimiento-. La inversión total asciende a 14,5 millones de euros.
Globalvia ya se deshizo hace años del 25 por ciento en el Nàutic Tarragona y del 60,49 por ciento de Marina Port Vell, en Barcelona. Con la última venta, la compañía que preside Juan Béjar sale por completo del negocio portuario.
Hace escasas semanas, traspasó igualmente el 11,67 por ciento del Hospital Universitario del Sureste, en Arganda del Rey (Madrid), al fondo de inversión Aberdeen. Esta venta también supuso su salida del negocio de gestión de hospitales.
De esta forma, el grupo que dirige Javier Pérez Fortea focaliza su actividad en las concesiones ferroviarias y de autopistas. En la actualidad participa en 27 activos que se distribuyen en ocho países (España, Estados Unidos, Chile, México, Costa Rica, Portugal, Irlanda y Andorra). En total, Globalvia cuenta con 19 autopistas y ocho ferrocarriles. A finales de 2016, la multinacional española sumó a su cartera de activos la autopista Pocahontas Parkway 895, en Virginia (Estados Unidos), y ahora negocia entrar en el capital de Itínere.