
El Bank of Ireland (BoI), primera entidad privada irlandesa, informó hoy de que obtuvo un beneficio bruto de 1.071 millones de euros en 2016, frente a los 1.200 millones de euros del año anterior, lo que supone un 10,8% menos.
En un comunicado, el banco, rescatado por el Gobierno irlandés tras el estallido de la burbuja inmobiliaria en 2008, destacó que estos resultados le permitirán repartir el próximo año, por primera vez en una década, un "modesto dividendo" entre su accionariado.
El BoI tenía previsto distribuir ganancias entre sus accionistas en 2017, pero el aumento del déficit en su bolsa de pensiones y la incertidumbre que rodea a la salida del Reino Unido de la Unión Europea (UE) le ha obligado retrasar esa decisión hasta 2018.
También se vio afectado por la caída de sus títulos en las bolsas de Dublín y Londres durante el pasado año, lo que situó el valor de la participación del 14% que aún tiene el Estado irlandés en el banco en 1.100 millones de euros, 400 millones menos que en 2015.
Asimismo, el BoI, cuyo rescate le costó 4.800 millones de euros al Ejecutivo irlandés, ingresó 3.105 millones de euros en 2016, 167 millones de euros menos que en 2015, mientras que mantuvo su rentabilidad en el 2,19%.
Respecto a los indicadores de solvencia, la entidad situó el CET1 "ratio fully loaded", que incorpora los futuros requerimientos reguladores vigentes en 2019 a la actualidad, en el 12,3%, y el CET1 de transición en el 14,2%.
"Nuestro negocio está en línea con los objetivos estratégicos que hemos fijado. El grupo generó unos beneficios, antes de los impuestos, de 1.100 millones de euros en 2016. Estamos manteniendo una fuerte generación orgánica de capital y el CET1 'fully loaded' aumentó cien puntos básicos durante el año", explicó el consejero delegado del BoI, Richie Boucher.
El directivo indicó que el banco se ha afianzado como la "primera entidad prestamista" del país, tras aumentar en 1.700 millones de euros su cartera de préstamos, hasta los 6.700 millones de euros.