
Un grupo de científicos del Media Lab del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT) se ha propuesto convertir las emisiones nocivas provenientes de los tubos de escape de los automóviles en tinta ecológica.
Graviky Labs es la startup que se encuentra detrás de este proyecto, y su objetivo es invertir el procedimiento habitual en la creación de la tinta que empleamos en nuestros bolígrafos. Algo similar al combustible elaborado a partir de la contaminación.
Al contrario de lo que ocurre en los procesos convencionales de elaboración de tinta, en los que se queman carburantes fósiles para su obtención, este grupo de investigadores del MIT propone colocar en los tubos de escape un dispositivo capaz de captar las emisiones contaminantes para luego transformarlas en tinta. KAALINK, que así es como se conoce dicho artilugio, es capaz de producir 29,5 ml de tinta con tan solo 45 minutos de funcionamiento.
De esta forma, el elemento que capta las emisiones "retiene el hollín de los vehículos de manera que no llegue a nuestros pulmones". El paso posterior en la creación de Air-Ink consiste en eliminar la toxicidad de metales pesados y partículas cancerígenas del hollín o el carbón a través de diversos procedimientos que erradican los metales pesados y las sustancias cancerígenas para el ser humano, de acuerdo con sus creadores. "El producto final es un rico pigmento de carbón purificado".
Graviky Labs, que por el momento busca financiación vía crowfounding en Kickstarter, oferta rotuladores de punta redonda de 2 mm, 15 mm y 30 mm para trazos finos, o de 50 mm y punta de cincel para trazos curvos. Asimismo, se puede adquirir botes de tinta para imprimir de 150 ml. A falta de 24 días para que concluya su periodo de financiación, ha logrado 17.271 dólares, superando los 14.000 dólares requeridos. Por tanto, el próximo mes de junio comenzarán a entregar los primeros pedidos.