
Ikea ha llegado a un acuerdo para pagar 50 millones de dólares (casi 48 millones de euros) a las tres familias norteamericanas cuyos niños murieron después de que muebles de la empresa sueca cayeran sobre ellos, según informa este miércoles The New York Times, citando a los abogados de las familias.
Las familias de Curren Collas, Camden Ellis y Ted McGee, todos de alrededor de 2 años de edad, acudieron a la Justicia tras los accidentes mortales con cajoneras o cómodas de la línea Malm de Ikea. Los familiares concluyeron que el diseño "inseguro" de los muebles los hizo "fácilmente inestables" y que Ikea se negó a cumplir con los estándares de seguridad nacionales para estos productos.
"Estas muertes se habrían evitado si Ikea hubiera hecho aparadores que cumplieran con la norma nacional", dijo Alan M. Feldman, un socio de la firma de abogados en Filadelfia que representa a las familias.
Tras dos días de mediación judicial supervisada por un juez federal las tres familias se repartirán los 50 millones de dólares (casi 48 millones de euros). Además, el acuerdo incluye que Ikea haga tres donaciones de 50.000 dólares a tres hospitales en memoria de los tres niños fallecidos y otra de 100.000 dólares a la Fundación Shane's, una entidad sin ánimo de lucro dedicada a la seguridad de los niños. Un portavoz de Ikea ha confirmado un "acuerdo provisional", pero no ha querido comentar nada más aduciendo que aún no había sido aprobado definitivamente por el juzgado.
Esta es la cómoda de cuatro cajones de la serie Malm de Ikea.
Se siguieron vendiendo las cómodas en España
Ya en junio Ikea anunció la retirada de 29 millones de cómodas de la línea Malm de EEUU y Canadá tras la muerte de los pequeños. Sin embargo Ikea confirmó que no retiraría las cómodas y aparadores de la línea Malm en España. La empresa aseguró que optaría por colocar mensajes en las tiendas y por ponerse en contacto con sus proveedores de servicios para concienciarles sobre el problema de seguridad para que hagan hincapié a los clientes en la necesidad de asegurar el producto a la pared.
Ikea reitera que "no es un problema del producto en sí mismo, sino de las medidas de seguridad que se han de tomar con el uso de los muebles" y recalca que para la compañía los niños y las niñas "son las personas más importantes del mundo", por lo que la seguridad de los productos es su "máxima prioridad".