
La Sareb se ha visto obligada a remodelar otra vez la cúpula tras la macha de nuevos directivos. La compañía creada a finales de 2012 para sanear los balances de las entidades financieras que recibieron ayudas públicas acaba de sufrir más bajas. Los directores de riesgos y de productos y servicios, Roberto Knop y Enrique Martín, han decidido dejar la firma recientemente.
La marcha de estos dos responsables de la Sareb, según algunas fuentes, obedece a las discrepancias mantenidas en los últimos meses con el resto del equipo liderado por Jaime Echegoyen con la herramienta para valorar los activos.
Los primeros estaban a favor de vender a terceros, entre ellos bancos, este instrumento -denominado Atlas- ante el interés suscitado en el mercado para recaudar ingresos y mejorar la cuenta de resultados, mientras que los segundos se oponían a esta estrategia porque se perdía efectividad en el cumplimiento de la tasación anual que debe realizar la compañía en toda su cartera, al tener que compartirse la plataforma.
Fichaje en Lindorff
El llamado banco malo ha cubierto las vacantes con el fichaje de un exdirectivo del fondo Lindorff, José María García-Bouza, y el aumento de funciones para el jefe de Supervisión, Albino Espinosa.
García-Bouza, que dejó Lindorff en enero, se ha incorporado a la Sareb para asumir la dirección de productos y servicios, clave para el buen desarrollo de las ventas de inmuebles y créditos al promotor. Reportará al director general de negocio, Alfredo Guitart. Por su parte, Espinosa se hará cargo del departamento de riesgos y rendirá cuentas al director general de control, Manuel Gómez.
Las última reorganización del organigrama de Sareb se produjo en la primavera de este año, cuando el director general de desarrollo corporativo y asuntos legales, Óscar García Maceiras, decidió dejar el cargo tras ser fichado por el Santander, como responsable del área jurídica. Precisamente el banco cántabro también rescató a la expresidenta de la compañía, Belén Romana, para su consejo de administración. La salida de García Maceiras se saldó con el reparto de sus competencias entre los responsables de otras áreas y la eliminación de una de las tres direcciones generales.
Desde su creación la Sareb ha vivido un constante goteo de bajas en su equipo directivo, principalmente por desavenencias en la política estratégica. Los más destacados han sido los de Romana y del que fuera director general en los primeros años, Walter de Luna.
En la actualidad, la cúpula del conglomerado que aglutina los activos tóxicos de la banca está conformada por 18 responsables de área, que dependen directamente, bien del presidente, bien de los dos directores generales con los que cuenta desde la pasada primavera.