Sebastián Albella, candidato propuesto por el Gobierno para presidir la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), recibió ayer el aval del Congreso de los Diputados para dirigir el organismo. El PP, Ciudadanos, PNV y Coalición Canaria votaron a favor del dictamen de idoneidad tras su intervención en la Comisión de Economía de la Cámara. El PSOE, Podemos y la antigua CDC votaron en contra.
Durante su comparecencia, Albella confirmó lo adelantado por elEconomista el 19 de noviembre: no volverá a Linklaters, despacho de abogados en el que ha trabajado durante más de 20 años, una vez cese al frente de la CNMV. "Asumo mi compromiso de no retornar a mi actual despacho, e incluyo aquí cualquier tipo de servicios y de relación", aseveró. Y se comprometió a dejar su relación con la firma "resuelta y totalmente liquidada".
Además, afirmó sentirse "totalmente independiente para ejercer la presidencia de la CNMV", y aseguró que dejaría de tener relación con los clientes del despacho -muchos de los cuales son empresas cotizadas- y se abstendría en aquellos asuntos que afecten a compañías con las que haya trabajado. Una materia en la que se comprometió a ser "absolutamente riguroso, imparcial e independiente".
Según informó, en los últimos dos años, como abogado de Linklaters, ha participado en el asesoramiento de seis empresas del Ibex 35, aunque sin precisar sus nombres. Por ello, consideró que los casos en los que tenga que abstenerse serán "poco frecuentes y puntuales".
El nuevo presidente de la CNMV también defendió su candidatura por ser "de gran utilidad para la institución". En este sentido, remarcó que conoce "a fondo" los mercados de valores, la normativa y la regulación, y dijo sentirse avalado por una trayectoria profesional "recta y responsable".
Junto con Albella, también recibió el respaldo del Congreso Ana María Martínez-Pina, candidata a vicepresidenta de la CNMV. El resultado de la votación fue el mismo en ambos casos: 19 votos a favor y 17 en contra.
Críticas del PSOE
El portavoz de Economía del PSOE, Pedro Saura, justificó su voto en contra por los posibles conflictos de intereses que pueden surgir durante el desempeño de su mandato. Según indicó, los socialistas no cuestionan su "capacidad profesional", pero tienen "dudas sobre las decisiones que pueda tomar en el desarrollo de sus funciones".
Esa misma objeción fue planteada por el propio Saura al ministro de Economía, Luis de Guindos, en la sesión de control al Gobierno, quien respondió que el candidato escogido era una persona "competente y experta" en el mercado de valores.
Desde Unidos Podemos, el diputado Alberto Montero explicó que su formación votaba en contra porque el Ejecutivo no había buscado consensuar la designación, aunque reconoció que con Albella se presenta "un currículum infinitamente más solvente" que la anterior presidenta, Elvira Rodríguez, que fue "una designación política".
El portavoz de Ciudadanos, Toni Roldán, por su parte, remarcó el "impoluto" perfil técnico y de independencia tanto de Albella como de Martínez-Pina.