
Se amplía hasta marzo de 2018 el plazo de entrega de las obras, aunque se esperan más retrasos. Logran 150 millones para cubrir sobrecostes y renuncian al proceso de arbitraje internacional.
Pablo Vázquez ha regresado de Arabia Saudí con un acuerdo bajo el brazo que desatasca el proyecto para construir la línea de Alta Velocidad entre Medina y La Meca. Tras más de 18 meses de negociaciones, el presidente de Renfe y del consorcio español que ejecuta el contrato firmó ayer por la mañana un pacto con las autoridades árabes por el que se amplía el plazo para finalizar las obras en 14 meses -hasta marzo de 2018- y se compensa a las empresas con 600 millones de riyales (150,9 millones de euros al cambio actual) para hacer frente a los sobrecostes, culminar las estaciones y acometer una operación preliminar desde diciembre de 2017.
Vázquez viajó a Arabia el pasado sábado con la firme intención de cerrar un acuerdo de una vez por todas, después de que fracasaran los últimos intentos durante la visita a Madrid del presidente de la Saudi Railway Organization (SRO), Rumaih Mohammed Al-Rumaih, el pasado 25 de octubre. Tras cinco días de tensas negociaciones, el jueves por la tarde alcanzó un principio de acuerdo con el cliente para desbloquear la situación y ayer por la mañana remitió al cliente la firma del mismo.
Lo hizo sin el apoyo explícito de todos los miembros del consorcio, que en la noche del jueves recibieron llamadas y un correo electrónico en el que se les urgía a posicionarse sobre el acuerdo. Debían hacerlo antes de 12 horas, porque Vázquez tenía hasta las 10 de la mañana de ayer para confirmar a Arabia su aprobación. En caso de que no hubiera respuesta, como ocurrió en varios casos, se consideraba que tendría vía libre para hacerlo.
Ayer, miembros del consorcio, en el que participan 12 empresas españolas (Talgo, Renfe, Adif, Ineco, OHL, Copasa, Imathia, Inabensa, Cobra, Siemens Rail Automation e Indra), cuestionaron el acuerdo alcanzado, que consideran "totalmente insuficiente" y "mucho peor de lo que se había planteado en Madrid hace tres semanas". Preguntado por estos desencuentros, el consorcio ha reconocido de forma oficial que el acuerdo "no es perfecto y a todos nos hubiese gustado más, pero es satisfactorio".
El próximo viernes se celebrará una reunión de socios para evaluar el documento que modifica el contrato inicial que, en todo caso, ya está firmado por SRO y por el presidente del consorcio. Sólo está pendiente del visto bueno de las autoridades saudíes. La presión de Arabia así lo ha obligado, según relatan fuentes conocedoras del proceso.
En virtud del acuerdo firmado, el consorcio español renuncia al arbitraje que había iniciado hace escasas semanas. Así, el experto independiente seleccionado, el escocés Paul Taggart, ya ha abandonado su labor. "El consorcio agradece al experto asignado sus esfuerzos, pero la vía del arbitraje ya se ha cerrado", declaran fuentes oficiales del consorcio. En este sentido, fuentes cercanas al proyecto aseguran que el arbitraje no era lo mejor para los intereses de las empresas españolas, puesto que "nadie le ha ganado un proceso de estos a Arabia Saudí".
Los frentes abiertos
Dos eran los frentes principales de la negociación: el plazo y los sobrecostes. El consorcio del denominado AVE del desierto ha conseguido 14 meses más para concretar las obras. Se trata de una ampliación inferior a la que en los últimos tiempos habían puesto sobre la mesa, de al menos 18 meses. Tendrá que finalizar la infraestructura en marzo de 2018. Ahora bien, el acuerdo incluye un compromiso por el que en diciembre de 2017 Renfe deberá iniciar la explotación de la vía para servicios chárter o viajes concretos. A cambio de esto, que en el seno del consorcio se denomina soft operation, Arabia pagará a las empresas españolas 150 millones de riyales (37,7 millones de euros).
El retraso en la ejecución de las obras se debe, en buena parte, a la demora con que el consorcio español está recibiendo los trabajos previos de un grupo de firmas chinas y saudíes. A este respecto, se ha extendido el plazo por el que el consorcio podía rescindir el contrato unilateralmente si dichos atrasos llegaban a exceder los 70 meses. Se trataba de una de las armas de presión de las empresas españolas y que Arabia exigió suprimir en Madrid. Este periodo se sitúa ahora en 84 meses. Eso sí, en el caso de que los atrasos superen los 76 meses, las empresas españolas obtendrán unas compensaciones de forma automática por tener que pasar más tiempo en las obras.
Y es que el consorcio ya da por hecho que no se va a poder cumplir con el nuevo plazo establecido, debido a los retrasos que arrastra el consorcio chino-saudí. Hay dos tramos que van muy retrasados: el ramal que une el aeropuerto de Kaia con la ciudad de Jeddah y el tramo de entrada a La Meca.
En cuanto a los sobrecostes, la SRO pagará 200 millones de riyales (50,3 millones de euros), que se utilizarán, entre otras cuestiones, para sufragar los costes por la prolongación de la estancia. A su vez, se destinarán 250 millones de riyales (62,8 millones de euros) para terminar las cinco estaciones diseñadas por Norman Foster. Otro de los logros de este acuerdo es que Renfe ha conseguido construir un taller más pequeño y barato en La Meca que costará 30 millones.