
El exsecretario de Hacienda y Crédito Público de México, Luis Videgaray, alertó en una entrevista con este diario que la llegada de Donald Trump a la Casa Blanca generaría "un entorno complejo para México". Fiel a estas palabras, los mercados reaccionaron al triunfo del candidato republicano con un desplome del peso ante el euro del 10,4% en apenas tres días, mientras que el parqué mexicano perdía un 7,2% en el mismo lapso de tiempo.
Este susto inicial centró todas las miradas sobre las empresas españolas con intereses en el país azteca, como el BBVA, que genera el 30% de su negocio allí, el Santander, Mapfre (que ingresó 1.296 millones por primas, el 7%), Inditex, que ha concentrado en el país su apuesta por América, Teléfonica, Meliá, OHL, Iberdrola o Cie Automotive. Todas estas firmas cerraron la semana pasada en rojo ante el temor de los inversores de que las políticas del nuevo presidente de EEUU pudieran dar al traste con la economía mexicana, que depende en gran medida de su vecino norteamericano. Ayer subieron.
Pese a la incertidumbre y la falta de visibilidad sobre qué promesas electorales de Trump verán la luz, las empresas españolas con presencia en México, que en los últimos 16 años han invertido unos 51.885 millones de euros en el país azteca, según los datos de la Secretaría de Economía mexicana, descartan una catástrofe económica, aunque no se descarta que la debilidad del peso afecte a su resultados, puesto que al cambio ganaran menos.
No en vano, en los dos últimos años el peso se ha depreciado ante el dólar y el euro por el alza de las tasas en EEUU, la caída del crudo y la crisis en América Latina lastrando las ventas y los beneficios que las empresas españolas obtenían allí. Empresas como OHL, Meliá, que ingresó 186,8 millones de euros en 2015, el 10% del total, o Viscofan, que ganó un 10% menos en el primer semestre de 2016 por el desplome de las divisas, alertan del riesgo de las fluctuaciones de tipo de cambio en Latinoamérica.
Así, a finales de 2015, el primer terremoto que vivió la divisa mexicana puso en guardia a Inditex, Santander, Telefónica, BBVA, Iberdrola y Repsol, por el impacto que iba a tener en sus resultados y en su negocio en esos países. Y es que, a las caídas registradas en los dos últimos años, se suma el desplome vivido por el peso ante el euro y el dólar desde que ganó Trump, llevándola a registrar máximos históricos en el caso del billete verde (supera las 20 unidades por dólar). Ayer, ante la falta de concreción, el mercado mexicano rompió la tendencia y a lo largo del día recuperó terreno. A media sesión el selectivo mexicano (IPC) se recuperaba un 1,16%, mientras el peso ganaba un 1,56% ante el euro.
¿Cumplirá sus promesas?
En cuanto a las principales promesa electorales de Trump (renegociar el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), no firmar el TTP o poner un impuesto a las remesas familiares o envíos de dinero) consultores, analistas, empresarios y expertos dudan de que el nuevo presidente pueda tomar la vía dura y acabar o cambiar sustancialmente las relaciones entre ambos países.
En este sentido, la directora de BBVA España, Cristina de Parias, descartó grandes estridencias: "Una cosa es lo que se dice en campaña y otra distinta lo que se hace". Así, en una conferencia en la Universidad de Deusto, en Bilbao, destacó "el discurso inicial en tono tranquilizado" que hizo Trump. "Se notó en las bolsas y aminoró ese efecto inicial, pero, además, la democracia americana tiene mecanismos de regulación y de supervisión muy potentes", dijo.
"Hay mucha volatilidad y todavía no hay mucha claridad ni información suficiente sobre las medidas que puede tomar el nuevo presidente de EEUU. La depreciación de las divisas afecta a nuestros resultados desde siempre, por lo que el mayor riesgo viene más por el mercado cambiario que por lo que pueda hacer Trump, no se sabe si llegará tan lejos", explican desde NH Hoteles, que opera doce establecimientos en el país. En este sentido, desde la compañía explican que México tiene muy poco peso en sus ingresos (apenas el 2%), por lo que no esperan que unas futuras medidas proteccionistas afecten a sus intereses ahí a menos que haya "un cambio económico desconocido". Además, explicó que el 83% de sus clientes en México son locales, por lo que no se verían afectados por una posible caída de la inversión desde EEUU.
Por su parte, OHL, que tiene una fuerte presencia en México, descartó que la debilidad del peso se mantenga en el tiempo ya que se recuperará "una vez pase el susto inicial". En este sentido, la multinacional destacó los beneficios de la nuevas políticas de Trump en EEUU, ya que "ha reiterado en varias ocasiones la necesidad de fomentar la inversión pública y privada. El pasado mes de agosto anunciaba que pretendía desarrollar planes de inversión en infraestructuras por 500.000 millones de dólares, el doble de lo que contemplaba Clinton. En este sentido las expectativas son positivas", aseguran desde la firma que preside Villar-Mir.
En esta línea, varios expertos mexicanos tratan de quitar leña a las promesas del nuevo presidente de EEUU ya que tampoco sería beneficioso para los intereses de sus empresas ni para el empleo en su país. Y es que, la inversión extranjera directa proveniente de Estados Unidos suma 250.000 millones de dólares en los últimos 25 años, lo que supone un 20% del PIB mexicano. "Estos son los intereses de la industria americana en México, inversión que genera empleo allá y por supuesto dividendos, por lo que es complicado que una medida impuesta por el gobierno de Donald Trump afecte principalmente a los intereses de las empresas americanas", explican desde el Centro de Estudios Económicos del Sector Privado de México (CEEPS). que, a su vez, considera que "modificar o salir del tratado de libre comercio no es sencillo".
A su vez, recuerdan que el 50% de las importaciones de México, unas 395.000 millones en total en 2015, provinieron de la económica estadounidense. Todos los estados del país norteamericano tienen una relación de intercambio comercial con México, especialmente Nuevo México, que del total de sus exportaciones, el 44,5% se dirigieron al país azteca. El instituto recuerda que la ventas directas a México generan dos millones de empleos en EEUU.
Según aseguró el Juan Francisco Torres Landa, socio de la consultora Hogan Lovells BSTL en declaraciones a El Universal, en el caso de la industria automotriz hay una integración de logística, ensamblado y suministro que no sería tan sencillo ni conveniente desarticular. "Si de pretendiera reducir los beneficios del tratado, las situaciones en la industria automotriz serían muy complejas de resolver; es decir, de la noche a mañana se perderían seis millones de empleos en EEUU en el momento que se anunciara la salida del tratado", dijo.
Amenaza a la automotriz
A partir de la firma del tratado del libre comercio con América del Norte queda muy claro que en México se está creciendo a dos velocidades: la frontera norte mejoró su PIB un 50% en tres décadas mientras que la Sur apenas subió un 9% per cápita. La zona norte se ha visto impulsada por la industria automotriz, por lo que éste es el sector que se vería más dañado si Trump modificara el TLCAN.
Esta industria ha crecido mucho en los últimos años atrayendo la inversión de Antolin, Gestamp o Ficosa, que ha mejorado mucho sus ingresos en México en 2015. Gestamp facturó 416 millones en el país azteca, el 5,9% del total, mientras que Antolín facturó 273 millones, el 7,8%. A pesar de las firmas de su sector en México están cayendo, Antolin todavía no quiere hablar de riesgo en la región: "Es muy pronto para hacer cualquier tipo de valoración. Nosotros no respondemos a rumores y todavía no está claro que Donald Trump vaya a cumplir", explican.
En esta línea, Telefónica, que está sufriendo en México los efecto de la guerra de precios y la depreciación del peso, comentó que mantendrá sus inversiones en el mercado azteca, igual que At&T, y que el triunfo de Trump no afecta a sus negocios.