Empresas y finanzas

Bankia, las eléctricas y las socimis 'respiran' por el desbloqueo político

  • El temor a cambios regulatorios había lastrado su evolución en los mercados

La investidura de Mariano Rajoy como presidente del Gobierno, tras lograr el apoyo de Ciudadanos y Coalición Canaria y la abstención de parte del PSOE, se hará notar sobre las acciones de las compañías españolas, que en los últimos dos años se habían comportado peor que sus comparables, en parte, por la incertidumbre política.

Como destacaba UBS en un informe publicado antes de las elecciones del 26-J, la incertidumbre política ha lastrado a las acciones de las compañías españolas. La entidad subraya que, a pesar de que "la economía española creció un 3,5% y los beneficios por acción de las empresas nacionales repuntaron un 10% en el último año, el Ibex 35 se ha comportado peor que el Stoxx 600". No en vano el selectivo español ha retrocedido un 11,9% desde enero de 2015, en contraposición con el Stoxx 600, que se anota un alza del 0,3%. Desde UBS achacan este peor comportamiento a tres factores: la exposición de las empresas españolas a los países emergentes, la elevada ponderación del sector financiero y la incertidumbre política.

Si hay un sector en el que la mano visible del Gobierno se hace notar es sobre el de las utilities, que, en lo que va de año, ceden un 2%. No en vano, los costes regulados y los impuestos suponen prácticamente la mitad del precio de la factura eléctrica que abonan los consumidores.

"El programa del PSOE incluye la propuesta de cierre de las centrales nucleares con más de 40 años en funcionamiento, la sustitución del carbón y la energía nuclear en favor de las renovables y la revisión de los costes regulados" señalan desde la entidad helvética. Unas propuestas similares a las de Podemos, que declaró su compromiso de ampliar aún más la capacidad instalada del parque de renovables y el cierre nuclear, unas medidas que reducirían los beneficios por acción de la media del sector en un "10%", que podría elevarse hasta el 15% en el caso de Red Eléctrica y Enagás y el 20% para Endesa, la más expuesta al mercado eléctrico español, que obtiene el 10% de su beneficio bruto de su segmento nuclear.

Otro de los sectores que estaría pagando la incertidumbre política es el bancario. Desde UBS señalan al bancario como "uno de los sectores más vulnerables a un escenario político adverso". No en vano, la posibilidad de que se aprobase alguna de las medidas incluidas en el programa de Podemos, como el establecimiento de un impuesto a las transacciones financieras (la Tasa Tobin), el "impuesto solidario" al conjunto del sector para "devolver las ayudas recibidas".

El banco que más beneficiado se verá por la formación del nuevo Gobierno sería Bankia. No en vano, como destacan desde la casa suiza, "Podemos e Izquierda Unida han expresado su intención de mantener Bankia y BMN como entidades públicas", alterando así la hoja de ruta marcada que establece que el Frob liquidará su participación en las entidades nacionalizadas antes de enero de 2018.

El otro sector que se había visto lastrado por la incertidumbre política es el de las socimis. El programa electoral de Unidos Podemos proponía revisar la fiscalidad de estas entidades, que cuentan con un régimen especial que les exime de abonar el impuesto de sociedades en el caso de que repartan, al menos, el 80 por ciento de sus beneficios como dividendos.

De hecho, la evolución en bolsa de las acciones de Merlin Properties, la única compañía del sector con presencia en el Ibex 35, actúa como un termómetro del optimismo que rodea al sector. Sus acciones se desplomaron un 6,6% en la sesión posterior al 20-D, que arrojó un escenario político más fragmentado de lo previsto por las encuestas y, por contra, rebotaron un 10,3% en las dos jornadas posteriores a las elecciones generales del 26-J.

El bono, al son del ritmo de Mario Draghi

Las políticas de estímulo del Banco Central Europeo (BCE) parecen pesar más sobre la evolución del bono español a 10 años que la situación política. No en vano, las especulaciones sobre la posibilidad de que el BCE llevase a cabo la retirada de los estímulos actuales de 80.000 millones de euros al mes a partir del mes de marzo de 2017, fecha en la que expira han llevado a que el bono español ocasione pérdidas del 2,6%, pese a que el propio organismo lo haya desmentido. El descenso del precio ha catalizado un repunte de la rentabilidad que ha pasado de marcar mínimos anuales del 0,88% el 30 de septiembre a escalar al 1,23% actual, a pesar de que, en el último mes, el panorama político en el país se haya despejado.

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