
KPMG, Houlihan Lokey, Clifford Chance, Álvarez&Marsal, Cortés, Sullivan, Lazard, BDO, Linklaters, DLA Pipper, MACF, Gómez-Acebo, Uría Menéndez..., actores de la mayor reestructuración de España.
Abengoa está a solo dos pasos de confirmar su salvación. El grupo sevillano presentó ayer a un juzgado de Sevilla el acuerdo de reestructuración con el respaldo de más del 75 por ciento de los acreedores necesario (ha obtenido el 86 por ciento). Si el juez lo homologa y la junta de accionistas que celebrará el 22 de noviembre lo aprueba, la ingeniería saldrá del preconcurso y sorteará así la que habría sido la mayor quiebra en la historia empresarial de España. Refinanciará, a través de quitas y capitalizaciones, nada menos que 6.000 millones de euros, y recibirá de un grupo de bancos y fondos internacionales 1.169,6 millones de nueva liquidez para reactivar sus negocios.
El 28 de febrero es la fecha establecida para haber culminado la reestructuración, aunque la intención de Abengoa es cerrarla antes. Habrá transcurrido un año y medio desde que, a principios de agosto de 2015, la compañía asumió públicamente por primera vez sus dificultades de financiación. Con intentos fallidos de ampliar capital y de dar entrada a un nuevo socio, Gonvarri, de la familia Riberas, el grupo español, que empleaba entonces a más de 25.000 personas en todo el mundo y se erigía como símbolo empresarial de Andalucía, solicitó el 25 de noviembre el preconcurso.
Desde entonces, las negociaciones han sido dramáticas, con una prórroga (standstill) de siete meses in extremis ante la envergadura del entuerto. El desenlace feliz que se atisba pudo desvanecerse en numerosas ocasiones. Pero el asunto era demasido grave como para dejarlo caer. Seis mil familias de Sevilla comían de Abengoa, representación de una parte sustancial de la clase media de la capital andaluza. El agujero para los bancos -al inicio del proceso casi 200- y para los fondos de inversión implicados alcanzaba cotas desconocidas en quiebras precedentes -la deuda actualmente supera los 13.000 millones-.
A esto se sumaban los miles de accionistas minoritarios, que habían confiado sus ahorros a la gestión de una empresa que supo emerger al calor de las subvenciones a las renovables en España, que le propulsaron hasta su proclamación como el mayor grupo solar del mundo, pionero tecnológicamente y bendecido públicamente por el propio Barack Obama.
En la salvación de Abengoa han participado cientos de personas. Más de 20 firmas nacionales e internacionales han tomado partido en una reestructuración que, como señalan en uno de los despachos de abogados implicados, ?se estudiará en el futuro en las facultades de Derecho?. La factura de estos asesores para el grupo andaluz no ha trascendido, pero en el mercado estiman que superará los 15 millones.
Los bancos más expuestos a la deuda de Abengoa se agruparon en torno a KPMG. Formaron el denominado G-7, en el que participaban el Santander, Caixabank, Crédit Agricole, Bankia, Popular, Sabadell y HSBC. Los dos últimos se descolgaron sucesivamente en los meses posteriores. Houlihan Lokey, que había trabajado en complejos procesos como el de Codere, aglutinó, por su parte, los intereses de los grandes bonistas en la mesa de negociación.
Ambas empresas se convirtieron en los asesores principales y han sido protagonistas en el proceso de Abengoa. Junto a ellos, varios de los más prestigiosos despachos de abogados del mundo han formado parte de unas negociaciones que han culminado en un documento de 2.388 páginas. Incluye el plan de negocio para el que la ingeniería andaluza contrató los servicios de Lazard y Álvarez&Marsal.
Abengoa ha estado respaldada legalmente por Linklaters, DLA Piper y Cortés Abogados. Clifford Chance, por su parte, ha actuado como asesor jurídico principal de algunos de los grandes bonistas y Mijares, Angoitia, Cortés y Fuentes (MACF) de otro grupo. Mientras, Cadwalader, Wickersham & Taft y Gómez-Acebo & Pombo Abogados han trabajado para los financiadores de nueva liquidez. El G-5 bancario ha contado con Sullivan & Cromwell y Uría Menéndez.
El papel de Urquijo
Además de KPMG, otras firmas de consultoría han tenido su papel en el proceso. Deloitte, como auditor de Abengoa, estuvo en el punto de mira por limitar sus advertencias sobre las cuentas de la compañía. BDO, por su parte, fue elegido por el juzgado de lo Mercantil número 2 de Sevilla para evaluar el plan de viabilidad, como experto independiente. Esta firma también ha participado en un pacto de garantías en Inglaterra y en el análisis para establecer la ecuación de canje para la unificación de las acciones A y B. Una labor que también ha desarrollado Duff & Phelps.
Desde agosto, el consejo de Abengoa designó a Gonzalo Urquijo como asesor independiente para supervisar la recta final del proceso. Apoyado por la banca y los fondos, a partir del 22 de noviembre será el presidente de una nueva Abengoa, superviviente al mayor concurso de la historia de España.