Liberbank ha encontrado la fórmula para mejorar la eficiencia sin perder red ni pegada comercial en las poblaciones más pequeñas, amenazadas con un mayor riesgo de clausuras por el difícil entorno de negocio que encara la banca. La entidad va a transformar 149 oficinas ubicadas en localidades rurales con menos de 3.000 habitantes en agencias -equivalente del 15% de sus actuales 1.008 sucursales-.
A efectos prácticos reduce red propia, pero en la entidad sostienen que el impacto será "neutro" en personal e inapreciable para el cliente. Son oficinas pequeñas, atendidas por uno o dos empleados.
Su intención es que muchos permanezcan al frente de las agencias y trasladar a otros a centros próximos o que se acojan a sus programas de prejubilaciones. La conversión evita desaparecer del territorio y hay un incentivo adicional para los nuevos agentes a potenciar la captación y comercialización de productos al convertirse en dueños del negocio y que comparten los ingresos con el banco. Las agencias mantendrán idénticas prestaciones y productos, incluido el servicio de caja y cajeros automáticos.
El plan arrancó en septiembre con un piloto y se extenderá antes de fin de año a 20 sucursales, con intención de completarlo a mediados del próximo año. Al frente de estas franquicias se situarán empleados, familiares suyos o trabajadores procedentes de otros bancos o entidades financieras, personal todo él con conocimientos financieros avanzados y experiencia contrastada en atención al público.
La iniciativa se enmarca en el plan global de transformación de la red para adaptarla a las nuevas demandas digitales del cliente, mejorar la capacidad de venta y la eficiencia.
En las alrededor de 500 sucursales abiertas en ciudades, el banco ha implantado cuatro modelos distintos de local: cuenta con unas 14 megaoficinas, surtidas con una docena o más de gestores especializados en asesoramiento; otras 60 o 70 sucursales ligeras o provistas de todas las prestaciones y personal comercial, pero sin servicio de caja; otras 80-100 llenas de equipos de autoservicio y con horario ampliado, que tenderán a carecer de personal; y el resto son sucursales tradicionales, pero modernizadas. En el área rural convivirán los agentes con oficinas tradicionales.