
El Ministerio de Industria, según recoge Europa Press citando fuentes del sector, subastará 1.000 MW de potencia renovable antes de que acabe el año y sin establecer cupos por tecnología, de modo que las diferentes fuentes limpias compitan entre sí.
En la anterior y única subasta celebrada hasta la fecha, el pasado mes de enero, únicamente se sacaron a concurso 500 MW eólicos y 200 MW de biomasa, lo que provocó las protestas de varias de las tecnologías excluidas, especialmente la fotovoltaica.
Otro cambio en relación a esa primera subasta sería la introducción de una calificación de los proyectos por su grado de madurez para primar aquellos que estén más avanzados. La industria reclamaba introducir otros criterios de calificación con la intención de garantizar la solvencia técnica de los participantes.
En cambio, se mantendrá el sistema de pujar por una reducción de las ayudas asociadas a la inversión necesaria para construir las plantas, denominadas retribución a la inversión. Es algo acorde con la regulación nacional, pero caso único en el mundo; fuera de España se suele pujar por producción o por potencia, y eso era lo demandado por el sector.
Mantendrá la marginalidad
Igualmente, se mantendrá la marginalidad del concurso: todos los ganadores cobrarán el precio de la última oferta necesaria para llenar el cupo, es decir, el precio más alto de las ofertas admitidas.
Este mecanismo tampoco es del agrado de las empresas; hizo que la primera subasta se saldara sin incentivos porque los triunfadores pujaron tan a la baja que los perdieron; es más, quedaron peor que si no hubieran participado, porque soportan un aval de 20.000 euros por MW que perderán si no ejecutan los proyectos.