
El futuro inmediato de Freixenet empieza a despejarse. Henkell, el gigante vinícola alemán propietario en España de Cavas Hill, que había presentado una oferta valorando la compañía en 500 millones de euros, ha alcanzado un principio de acuerdo para hacerse, al menos, con un 20% del capital. Freixenet subirá los precios esta Navidad y prevé vender un 5% más.
Las tres familias propietarias del productor de cava catalán -los Hevia, los Ferrer y los Bonet- habían accedido ya antes del verano a la apertura de sus libros de cuentas para el inicio de una due dilligence o auditoría de los activos.
El problema de fondo es que las tres ramas familiares estaban enfrentadas entre sí. Por un lado están los Ferrer, con un 42% del capital y contrarios desde el primer momento a perder el control de la empresa. Por el otro, en cambio, figuran los Hevia y los Bonet, con un 29% del capital cada uno. Las fuentes consultadas por este periódico han confirmado ahora que los Hevia habría accedido a salir del capital, mientras que los Ferrer, podrían incrementar su participación.
Enfrentamiento
Los Hevia decidieron vender tras rechazar la gestión del consejero delegado, Pedro Ferrer, y fueron ellos, precisamente, los que fueron a buscar a Henkell para abrir un proceso de negociación.
Aunque, en un principio, los Hevia y los Ferrer habían pactado traspasar de forma conjunta sus acciones, al final el propio presidente de la compañía, José Luis Bonet, se negó a traspasar sus títulos, lo que puso en peligro la operación.
Henkell ha estado revisando durante los últimos meses los resultados que cerró la compañía a finales de abril, y que según fuentes financieras, habría duplicado los beneficios gracias a la recuperación de las ventas en Alemania durante la campaña naivdeña. Aunque esta recuperación se analizará con perspectiva.
Beneficio de cuatro millones
Si bien el beneficio de la empresa en 2016 está situado en unos 4 millones de euros, Freixenet registró los peores resultados de su historia el año pasado, por lo que la mejora no es muy significativa.
La negociación se ha llevado con un hermetismo extremo, un hecho que crea malestar entre sus más de 2.000 trabajadores, que reclaman información. Y es que Freixenet es clave en la comarca catalana del Alt Penedès, que vive directa o indirectamente de la compañía fundada por Pere Ferrer Bosch y Dolors Sala Vivé.
En plena batalla accionarial por el control de la compañía entre las distintas ramas familiares, Freixenet redujo sus ventas el ejercicio de 2014/2015 al mismo nivel que en 2010. En ese último año con cuentas publicadas, su facturación se contrajo un 5,4%, hasta 503 millones de euros, lo que provocó que el resultado de explotación cayera de 14,3 millones a 4,7 millones de euros y el beneficio neto se dividiera por tres: de 7,6 millones a 2,1 millones de euros.
Aunque la empresa sigue siendo rentable, ha aumentado su apalancamiento, incrementando el pasado ejercicio un 23% la deuda a corto plazo. Cerró el ejercicio el 30 de abril de 2015 con unos compromisos financieros a menos de un año de 188,9 millones, frente a 151,8 millones el año anterior.