Empresas y finanzas

El biodiésel expulsa 2,5 veces más CO2 que el diésel normal

  • El problema está en la deforestación que provocan las plantaciones de palma
  • La patronal APPA cuestiona la metodología empleada
  • El biodiésel encarecerá el litro de carburante casi 1 céntimo hasta 2020

El biodiésel que se consume en España emite 2,5 veces más CO2 que el diésel normal, refinado del petróleo, si en el cómputo se incluye el cambio de uso del suelo que provocan las plantaciones de especies vegetales oleaginosas con que se fabrica. El bioetanol, con los mismos criterios, emite la mitad de dióxido de carbono que la gasolina.

Los datos proceden de un documento elaborado por Ecologistas en Acción que extrapola a España las conclusiones del informe denominado Globiom, encargado por la Comisión Europea a las consultoras IIASA, Ecofys y E4Tech para analizar el impacto climático de los biocarburantes en el conjunto de la UE.

La metodología que aplicaron los citados consultores tiene en cuenta todo el ciclo de vida de los biocombustibles, incluyendo las materias primas con que se fabrican, como los aceites de palma y colza, la remolacha azucarera, los aceites usados o las grasas animales. Por esta razón, la ONG ecologista los denomina agrocarburantes.

El Globiom analiza los biocarburantes de primera generación -los de segunda emplean otras materias primas, como la celulosa- y la Comisión lo usó el año pasado durante la reforma de las directivas de renovables y de calidad de los carburantes, que se saldó con una reducción de su peso en el futuro transporte europeo: si antes tenían que cubrir un 10 por ciento de la demanda en 2020, ahora sólo será un 7 por ciento y el otro 3 por ciento será para la electricidad y los de segunda generación.

Cambio de uso del suelo

El resultado del informe de Ecologistas en Acción es demoledor para el biodiésel consumido en España: teniendo en cuenta las materias primas a partir de las que fabrica y el cambio de uso del suelo -conocido como ILUC, por sus siglas en inglés-, el biocarburante emite de media un 253 por ciento más que su equivalente fósil; únicamente el fabricado a partir de residuos -aceites usados y grasas animales- emite menos que el gasóleo convencional, una décima parte.

La razón de esta gran diferencia está en el CO2 emitido por la deforestación indirecta que causan las plantaciones de especies vegetales a partir de las que se fabrica el biocarburante. El peor de los resultados es para el biodiésel elaborado con semillas de palma africana -prohibido en Reino Unido por su impacto ambiental-, cuyas emisiones llegan a ser tres veces superiores que las de su equivalente fósil.

El principal foco del problema está en Indonesia y Malaisia, grandes exportadores de aceite de palma, porque allí el ILUC afecta a bosques vírgenes y turberas, que son sumideros de CO2.

Sólo el 4,9% es autóctono

Según los datos aportados por la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia, durante 2015 en España se consumió algo más de un millón de metros cúbicos de biodiésel, de los que sólo el 4,9 por ciento provenía de materias primas autóctonas; el 75 por ciento se fabricó con aceite de palma, seguido por un 11 por ciento de residuos de aceites y grasas animales.

En el caso del bioetanol, que emite la mitad de CO2 que la gasolina, se consumieron 375.000 metros cúbicos, provenientes del maíz (74 por ciento) y la caña de azúcar (18 por ciento). El 16 por ciento de estas materias primas fueron cultivadas en España.

La patronal APPA cuestiona la metodología

La Sección de Biocarburantes de la Asociación de Empresas de Energías Renovables (APPA-Biocarburantes) cuestiona la metodología empleada por el Globiom y por Ecologistas en Acción para calcular el incremento de emisiones de CO2 que provoca el cambio de uso del suelo y apunta que otros informes sobre la materia, de EEUU, arrojan resultados muy diferentes.

Su director, Manuel Bustos, recuerda que precisamente por las grandes dudas que plantea el método de cálculo, la Comisión decidió no incorporar su resultado en el cómputo de dióxido de carbono en la citada modificación de las directivas de renovables y de calidad de los carburantes. 

Esta reforma -conocida como reforma ILUC- introdujo unos criterios de certificación para garantizar la sostenibilidad de los biocarburantes consumidos en la UE que los ecologistas tampoco consideran válidos, pero que encarecen el biocarburante en 0,02 céntimos de euro por litro, según los cálculos del Ministerio de Industria. 

Bustos también lamenta que el biodiésel consuma 3,2 millones de toneladas de aceite de palma, el 55 por ciento del total, y que sólo a él se le exija aplicar unos criterios de sostenibilidad específicos y rigurosos. 

APPA reconoce que el problema existe, eso sí, circunscrito a Indonesia y Malaisia, y cree que se solucionaría extendiendo los criterios de sostenibilidad aplicados en la UE a los biocarburantes al resto de países y usos de las mismas materias primas utilizadas o, alternativamente, al prohibir totalmente el drenaje de turberas. También ayudaría establecer incentivos económicos para la conservación de los bosques. 

Encarecerá casi 1 céntimo el litro hasta el año 2020 

La normativa de fomento de los biocarburantes, el Real Decreto 1085/2015, publicado en diciembre, incrementa el peso de los biocarburantes en el transporte desde el 5 por ciento de este año hasta el 8,5 por ciento en 2020.

Los biocarburantes se venden mezclados con los carburantes convencionales y el Ministerio de Industria, en la memoria de impacto de la citada norma, asumía que la gran mayoría del incremento corresponderá al biodiésel, por facilidades logísticas.

El Ministerio estimaba que, atendiendo a la diferencia de precios entre el gasóleo convencional y el biocombustible, habrá un incremento progresivo del precio de venta al público que llegará a acumular 0,89 céntimos de euro por litro al final de la década. En el caso de la gasolina y el bioetanol, consideraba que no se producirá subida alguna.

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