Empresas y finanzas

Adiós al barril: la cerveza se digitaliza en el Oktoberfest

La tradicional fiesta de la cerveza en Alemania, el Oktoberfest, se remonta a la celebración de una boda real bávara hace más de 200 años. Desde entonces ha ido evolucionando hasta convertirse en el mayor evento para los amantes de la cerveza de todo el mundo, que otorga a la ciudad de Múnich más de 1.000 millones de euros durante sus diez días laborables de duración (este año se alargará un día más por coincidir con la fiesta nacional de Alemania).

El aumento de la afluencia de personas en los últimos años "en 2015 acudieron casi 7 millones" ha provocado que algunas de las grandes compañías cerveceras hayan tenido problemas relativos a la rapidez suminitro, como fue el caso de Paulaner. Sin embargo, esta compañía tomó una decisión innovadora que cambiará el sector en los próximos años: automatizaría todo el proceso de producción y distribución de cerveza en el Oktoberfest.

De esta forma, contrató la tecnología de Siemens "entre la que destaca el dispositivo Simatic" para ganar en eficiencia.El cambio más llamativo es el relativo a los barriles de madera tradicionales, que desaparecen en las carpas de Paulaner "cada una tiene una capacidad para 10.000 personas aproximadamente" para ser sustituidos por tres tanques de cerveza y sus respectivos conductos por los que la bebida de lúpulo se almacena y se distribuye a través de 10 grifos.

Cada tanque tiene una capacidad de 2.800 litros aproximadamente y los maestros cerveceros consideran que tienen que ser rellenados cuando se ha consumido en torno a 7.000 litros de cerveza. Sin embargo, a diferencia del resto de compañías, los empleados de Paulaner no tienen que mover y cargar los grandes barriles de madera, sino que es un camión cisterna el encargado de realizar este trabajo, mientras dos operarios se encargan de vigilar y supervisar este proceso. "Ahora podemos controlar la presión, temperatura y la cerveza consumida en cada tanque en tiempo real a través de un iPad u otro dispositivo", explicó a elEconomista el maestro cervecero de Paulaner, Ulrich Stief. Además, otra de las ventajas añadidas de este sistema es que "no necesita electricidad de fuera, sólo necesita la para regular la presión del sistema", añadió Stief.

En cuanto a la puesta en marcha de esta tecnología "que cuesta alrededor de 500.000 euros" apenas lleva tiempo, ya que en menos de una semana está montada. Este hecho es destacable si se tiene en cuenta que el montaje de las casetas del Oktoberfest lleva entre dos y tres meses. Posteriormente, desmontar las casetas del recinto (Wiesn) lleva más o menos el mismo tiempo.

"El consumidor de la cerveza Paulaner del Oktoberfest la toman como hace años porque el proceso de producción sólo se ha hecho más eficiente. Primero limpiamos las tuberías y los tanques, después realizamos diferentes pruebas para comprobar el sabor del producto y finalmente se rellenan los tanques", señaló Steif.

Respecto a la temperatura, el maestro cervecero de Paulaner explicó que "en los camiones viene a menos cinco grados y las servimos entre tres y cuatro grados. Si hace calor (25 grados), la temperatura sólo sube un grado, pero como la gente consume más por el calor, no sería necesario volver a enfriar la cerveza ya que se agotaría con mayor rapidez".

No todo es cerveza

Con todo, este evento no se limita exclusivamente a beber cerveza, sino que es habitual que acudan familias enteras, por lo que la Oktoberfest cuenta también con multitud de atracciones para que disfruten los más pequeños.

Por ello, Siemens también desarrolla su tecnología en diferentes atracciones. Este es el caso de la Power Tower, una atracción que sube y baja a sus pasajeros desde una altura de 66 metros en cuestión de segundos. Otro ejemplo es la atracción Rio Rapidos que, gracias a la tecnología de Siemens, permite descender en una balsa en el agua sin miedo a colisiones y manteniendo distancias de seguridad.

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