Empresas y finanzas

Bayer compra Monsanto por 58.500 millones para reinar en la agricultura

Bayer, la empresa que revolucionó la historia de la farmacia con el lanzamiento de la famosa aspirina en 1899, se dispone ahora, más de un siglo después, a transformar el sector de los cultivos agrícolas. Para ello, la multinacional alemana, que en sus más de 150 años de historia ya había conseguido dominar el negocio de los pesticidas, ha decidido comprar la compañía que controla mundialmente el negocio de las semillas y los cultivos transgénicos, la estadounidense Monsanto.

Para ello, Bayer tendrá que pagar hasta 66.000 millones de dólares (unos 58.500 millones de euros al cambio), lo que supone el mayor acuerdo de adquisición del año hasta el momento y la mayor oferta en efectivo de la historia. La estadounidense aceptó ayer la opa propuesta por la alemana, la tercera cifra que Bayer ponía sobre la mesa desde su primer intento el pasado 9 de mayo.

La operación, aceptada por el consejo de administración de Monsanto, incluye un pago de 128 dólares por cada uno de los 442 millones de títulos de la compañía, lo que supone una prima del 44 por ciento respecto al precio de cierre del día anterior a la primera oferta, además de 9.300 millones de deuda neta del grupo norteamericano (ver página 21). Incluso, la oferta incluye una cláusula de indemnización de 2.000 millones de dólares (más de 1.700 millones de euros) que Bayer deberá pagar a Monsanto en el caso de que la operación no sea aprobada finalmente por los diferentes organismos reguladores.

De superar las barreras de competencia, la nueva Bayer controlará más de una cuarta parte del mercado de la agricultura química mundial, un sector en plena ola de compras y fusiones. La compañía resul- tante tendrá el 24 por ciento del mercado de los plaguicidas -gracias a la actual Bayer- y hasta el 30 por ciento del negocio de las semillas, el negocio de Monsanto.

El grupo alemán, según las estimaciones anunciadas ayer, conseguirá de esta manera duplicar los ingresos que genera a través de su unidad de agricultura, hasta llegar a los 23.000 millones en ventas combinadas. Esta cifra hará que la nueva Bayer se divida en dos. Por un lado, casi un 50 por ciento estará dedicado al sector agrícola, donde Monsanto se integrará en su unidad de CropScience. La otra mitad del negocio agrupará a todos los sectores de salud, donde se incluye tanto la división farmacéutica, la de salud animal y la de productos de autocuidado de salud (consumer health).

La nueva empresa tendrá la sede de su negocio de semillas en Saint Louis, mientras que los pesticidas permanecen en Monhein (Alemania). La parte de digitalización de la actividad agrícola, dominada por Monsanto, se situará en San Francisco.

Movimientos en el sector

La industria agroquímica vive momentos convulsos por la caída de precios de las materias primas, liderada por el petróleo. Y en momentos convulsos siempre llegan operaciones corporativas. Los gigantes DuPont y Dow Chemical acordaron su fusión -de cuya operación, la Comisión Europea ha pedido más datos- y la china ChemChina se hizo con la suiza Syngenta, firma que antes había tratado de comprar la propia Monsanto.

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