Empresas y finanzas

El Popular gana 68 millones con la venta a Indra de la gestora hipotecaria

La consultora se hará cargo del servicio asociado a sus créditos durante 10 años

En pleno proceso de revisión de la estructura de negocio, el Banco Popular vuelve a hacer caja con activos. La entidad presidida por Ángel Ron ha vendido a Indra BPO la unidad que proporciona los servicios al grupo cuando sus clientes contratan un préstamo hipotecario o efectúan operaciones de leasing mobiliario e inmobiliario.

La transacción se ha cerrado en 69,5 millones de euros, siendo prácticamente todo -67,7 millones- plusvalías. Y comprende la división que aglutina la gestión y asistencia de los trámites vinculados a la firma de esas operaciones de financiación en el Popular y el Pastor -tales como realizar los depósitos previos para el pago de tributos o inscripciones mercantiles, por ejemplo-.

El banco se compromete contractualmente a utilizar en exclusiva la consultora inmobiliaria para el servicio, si bien el cliente tendrá la última palabra para contratarla o buscar otra gestora. En virtud del acuerdo, el Popular le trasfiere de facto ?todos los medios necesarios para el desarrollo de forma independiente? de la actividad, según detalla la entidad en un documento remitido a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) donde no revela si el traspaso involucra a personal de plantilla.

Para facilitar la venta, el propio banco financia la operación, con un préstamo a Indra de 28 millones a devolver en siete años. El contrato incluye una cláusula habitual de reversión, donde otorga a la consultora la opción de vender en caso de un cambio de control en el Popular, que el banco califica en el documento como ?un riesgo remoto?.

La lógica de la operación apuntada por el Popular es triple: separar la función de control del riesgo de la gestión, dejar en manos de un especialista el servicio y focalizar así el esfuerzo de la red comercial en el negocio core en la atención de pymes y particulares, quitándole distracciones y tiempo en tareas no extrictamente bancarias.

La desinversión abunda en un proceso iniciado hace años para dejar en manos de expertos unidades de negocios y servicios. Entre otros, ha vendido la filial de servicios de pagos con tarjetas en comercios (TPV) a Evo Payments, y ha suscrito joint ventures en seguros con Allianz, en el área inmobiliaria o de medios de pago. En emisión de tarjetas dio entrada a su filial, hoy bautizada como Wizink, a Värde Partherns y que aglutina los plásticos propios y los adquiridos a Citi en España y Barclays en Portugal. En cajeros automáticos se asoció con Credit Mutuel y en inmobiliario vendió el 51 por ciento de Aliseda, a Värde Partners y Kennedy Wilson.

La búsqueda de socios industriales se ha ido acelerando también a medida que los crecientes requerimientos regulatorios forzaban al banco a buscar recursos, y monetizar filiales, con la venta de una participación mayoritaria o en su integridad permite aflorar plusvalías.

En el caso de la inmobiliaria, el Popular baraja recorrer el camino contrario: recomprar la parte no controlada de Aliseda para integrarla en su nueva unidad inmobiliaria y elevar su atractivo de cara a una próxima desinversión.

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