Empresas y finanzas

Separar trabajo y vida personal es un error: hace a los trabajadores menos productivos

  • Fijar fronteras claras entre ambos mundos genera más estrés, no menos

La clave para una vida feliz y un trabajo más efectivo podría estar en que las fronteras entre trabajo y familia no sean claras e impenetrables. Según este reciente enfoque, una de las principales fuentes de estrés no sería tanto el empleo propiamente dicho, como la dificultad de alternar entre roles en dos mundos completamente distintos.

El concepto clave es el de "transición de rol", un proceso congitivo que puede ser más o menos complicado dependiendo de las situaciones de las que se trate. La Harvard Business Review pone así de ejemplo una cena con amigos, en la que se recuerda de pronto que ese día es el cumpleaños de un familiar cercano, como paradigma de transición sencilla.

El problema reside en que, cuanto más alejados están entre sí los distintos roles, más compleja es esa transición. Basta con imaginar lo que nos ocurre cuando, en el trabajo, hay un problema familiar que nos impide concentrarnos. No sólo nos lleva a trabajar peor, sino que agota nuestra energía. O a la inversa: una cena romántica en pareja que es interrumpida por un pensamiento sobre una tarea laboral pendiente, que nos saca del momento presente durante unos segundos, pero que nos obliga a 'volver' a situarnos mentalmente en ese contexto.

Reloj: no marques las horas

Estudios de las universidades de Saint Louis y Ball State parecen apuntar que la mejor manera de reducir esas transiciones no es limitarlas en número y hacer que coincidan con estrictos horarios, sino difuminarlas a lo largo de todo el día.

En una investigación sobre 600 empleados, quedó patente como aquellas personas cuyas fronteras personal y laboral eran más difusas son también las que menos se agotan al tener que cruzarlas una y otra vez.

El consejo final es claro: "A largo plazo, podría ser mejor dejar que los empleados se distraigan de vez en cuando y hagan llamadas familiares, en lugar de fijar fronteras rígidas e inflexibles", afirma uno de los directores del estudio. La conciliación vista así pasaría por tanto, más que por horarios justos y claros, por flexibilizar las condiciones de trabajo cuando el empleado esté en la oficina, y por facilitar que el empleado trabaje más a menudo desde su propia casa. Aunque sea a deshoras.

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