
Liberbank se reposiciona para vender el máximo número posible de pisos aprovechando la reactivación del mercado y antes de que expire la protección expedida por el Fondo de Garantía (FGD) cuando adquirió la antigua CCM, para evitarle quebrantos en sus activos deteriorados. La estrategia es integral: relanza la filial inmobiliaria, amplía la red para ofrecer las viviendas y estrena una oferta hipotecaria rompedora, buscando convertir la financiación casi en un aliciente para comprar sus casas.
A fin de darle el impulso necesario, ha reformulado además la espina dorsal directiva y creado un área ad hoc, dependiente de la dirección corporativa y de finanzas, que se subdivide en dos ramas: una para la pura de comercialización de activos y otra para gestionar el alquiler de inmuebles -ha destinado a tal fin viviendas y edificios con un valor neto contable de 213 millones-.
Multiplica por cinco las ventas
La apuesta llega después de haber invertido en los últimos tiempos en finalizar o actualizar numerosas promociones para sacarlas a la venta y rinde ya frutos. En el primer semestre enajenó 641 unidades por 89 millones de euros, multiplicando por hasta cinco veces el parque colocado un año antes. Su objetivo es alcanzar los 170 millones de euros en todo 2016, desvela la entidad en información remitida a la CNMC.
El empuje coincide con el último año de vigencia del esquema de protección de activos (Epa), otorgado por el Fondo de Garantía cuando se adjudicó CCM en 2009. Este esquema le guarece de hasta 2.475 millones de euros en eventuales quebrantos en una cartera de 7.244 millones en créditos e inmuebles. Le quedan 448,43 millones sin consumir.
Para acelerar las ventas relanza la filial Liberbank Vivienda con el nombre de Mihabitans, más neutro; y refuerza todos los canales de comercialización: página web, amplía los acuerdos con agentes de la propiedad inmobiliaria (Apis), sobre todo en Madrid, Andalucía y Levante, llegando a trabajar con unos 200 en todo el país; y ha introducido además incentivos en la política retributiva para los empleados que promuevan operaciones.
La tercera pata es dar una vuelta de tuerca a la financiación. Los clientes que adquieran sus pisos podrán acceder a las hipotecas más competitivas del mercado: préstamos a un interés fijos que va desde el 1,4 al 1,9%, en función de que el plazo de amortización sea entre 10 y 20 años; o variable al euríbor más 0,9%.
Los préstamos carecen de comisiones, salvo la de cancelación total o subrogación del 0,5% en los primeros cinco años y 0,25 los siguientes. Pero el gran diferencial frente a otras ofertas es que sólo precisa tener cuenta a la vista y no exige contratar seguros, ni dar un uso mínimo a las tarjetas, domiciliar nóminas ni otros productos. La idea es facilitar al máximo la venta y el rendimiento al que renuncia en la hipoteca compensarlo con los costes asociados a mantener los pisos en balance que se ahorra.