
CaixaBank se encuentra en un momento de inflexión. Además del reciente nombramiento como presidente no ejecutivo de Jordi Gual en sustitución de Isidro Fainé, tiene pendiente el desenlace de su oferta de compra sobre BPI, y espera que su negocio bancario digiera las últimas decisiones comerciales para que se reactiven los márgenes.
Sobre lo último, Gonzalo Gortázar, consejero delegado del banco, adelantó ayer que la caída del financiero se moderará "paulatinamente" a lo largo del ejercicio. Aunque es muy improbable que el entorno de bajos tipos de interés cambie en el medio plazo, las cuentas del banco dejarán de sufrir en términos comparables por la retirada de las cláusulas suelo (que resta 100 millones al margen cada trimestre), mientras que comenzarán a reflejar los pagos de la nueva generación de crédito, que crece con fuerza. En el caso de los préstamos al consumo (más rentables porque los intereses son más altos, en la zona del 10 por ciento) en doce meses se han expandido un 58 por ciento.
Gonzalo Gortázar utilizó la evolución en el segundo trimestre como ejemplo de lo que podría ser la futura mejoría del negocio financiero. "Respecto a enero-marzo, crecen tanto el margen de intereses (un 0,1 por ciento), como las comisiones (6,8 por ciento), o el beneficio neto (34 por ciento)", señaló.
En el conjunto de la primera parte de 2016, CaixaBank ganó 638 millones, un 9,9 por ciento menos que en el mismo periodo de 2015. El banco explicó que el descenso del resultado se debía a que el año pasado los beneficios fueron especialmente altos por impactos extraordinarios derivados de la compra de Barclays. De hecho, el beneficio antes de impuestos mejoró un 36 por ciento en la primera mitad de 2016, hasta los 888 millones, aunque el margen financiero y el margen bruto se contrajeron un 10,1 y 11,3 por ciento, respectivamente.
Larga espera en Portugal
Además de trabajar para ganar cuota de mercado, fidelizar a los clientes y controlar los gastos en España, la estrategia de crecimiento del banco se llama Portugal, si bien la operación de compra de BPI sigue pendiente. "Espero que se cierre positivamente dentro del calendario previsto", señaló Gortázar.
El banco prevé concluirla en el tercer trimestre de 2016, aunque está por ver si, finalmente, tras retrasarla, la junta del luso aprueba eliminar el desblindaje el 6 de septiembre. Sobre su importancia, Gortázar fue categórico: "si no se suprime tendremos que retirar nuestra oferta", recordó. No obstante, no quiso adelantar si el banco se reforzaría de cara a esa junta y prolongaría las adquisiciones de títulos de BPI en bolsa, algo que le ha permitido aumentar su participación hasta el 45,16 por ciento en los últimos meses. "Son decisiones tácticas", señaló.
Sobre las especulaciones que indican que BPI es uno de los bancos que ha presentado una oferta por el portugués Novo Banco, Gortázar afirmó "estamos 100 por 100 enfocados en la operación de BPI y nuestros esfuerzos están dirigidos únicamente y exclusivamente a él".
Menores provisiones
Una de las razones que ha permitido a CaixaBank impulsar su beneficio antes de impuestos es la caída de las provisiones, que se redujeron un 36,6 por ciento respecto al año anterior. El banco no anticipa que la entrada en vigor el 1 de octubre de la nueva circular del Banco de España le obligue a realizar ajustes significativos. Su competidor Banco Sabadell ha reservado unos 200 millones para afrontarlo.