
La volatilidad de los mercados, junto al Brexit o los tipos negativos plantean enormes retos al sector financiero y, de forma particular, a la gestión de patrimonios. Pero en Banca March, sin restar importancia al desafiante entorno, se respira también cierto aire de atisbar oportunidades. "En los últimos tres años hemos crecido a ritmos de dos dígitos, tanto en volumen de negocio como en nuevos clientes, y a veces al 20%, y para los próximos tres años esperamos crecer a un ritmo similar", desvela Ángel Martínez Marañón, su director de Banca Comercial y Privada.
La división, cuyas riendas asumió en la reorganización directiva acometida por el banco hace escasos dos meses, es puntal estratégico para la entidad. Sólo el pasado año el área de banca privada incrementó un 17,53% el número de clientes y el 16,52% el volumen de negocio. Su gestora administra más de 6.300 millones de euros de clientes y es la tercera del país en censo de Sicavs.
"Con inflaciones negativas -explica-, tipos cero, una volatilidad en bolsa superior a lo normal y rentabilidades negativas en lo que va de año, hace que las condiciones de mercado sean duras, que sea más complicado captar clientes o conseguir rentabilidades que a la gente le parezca suficiente..; pero en nuestro caso vamos cumpliendo los objetivos y nos sigue yendo muy bien".
Banca March, reivindica, "siempre sale reforzada en las crisis". Aprobó con sobresaliente los test de estrés donde la banca española quedó señalada -"el reconocimiento del BCE fue la mejor publicidad que ha tenido Banca March", admite- y no ha sentido, al menos en negativo, las dudas que planearon sobre la banca privada por la intervención del andorrano BPA o los Papeles de Panamá. Más bien al contrario, señala que hoy es, incluso, polo de atracción de clientes que no encuentran sus necesidades de gestión de patrimonio bien cubiertas en la banca retail.
La razón la atribuye al modelo y singularidad de la entidad: "Somos una banca especializada, no una banca privada de un banco. ¿Eso qué significa? Que el cien por cien de nuestro esfuerzo está en el mundo de banca privada, en gestionar los ahorros de clientes. No tenemos grandes redes que haya que rentabilizar o problemas de un exceso de capacidad instalada, en oficinas y empleados, que haya que redistribuir".
Su foco hace que "el 60% de los ingresos estén relacionados con las comisiones de asesoramiento", lo que da una estabilidad de la que no disfruta un sector condicionado por los tipos negativos, y evita distracciones de gestión o en ajustes de red. Más bien al contrario, aunque reconoce tener la red deseada, no descarta aperturas puntuales y el personal en nómina le crece.
"No condiciona el resultado"
Otra peculiaridad, que defiende como ventaja, es ser un banco de propiedad familiar: "Tenemos una filosofía de empresa familiar y que es prudente, donde lo importante es la relación a largo plazo: captar clientes, que estén encantados y sin ninguna presión de las bolsas o de dar resultados a corto plazo que puedan influenciar en la gestión". Enraizado con eso tiene una apuesta de crecer con el cliente: "Nosotros invitamos a nuestros clientes a invertir en los mismos productos que invierten los accionistas y el propio banco. Estamos en el mismo barco", indica. Esto hace que Banca March tenga, con Torranova, la mayor Sicav de España, con 1.281 millones bajo gestión de 5.600 inversores.
La estrategia prudente le ha ahorrado, aunque renunciando a rentabilidades, sustos. "Ni hemos vendido Madoff ni preferentes ni nada parecido y eso, a la larga, redunda en más clientes y credibilidad. El banco nunca ha tenido ningún problema reputacional", subraya. La prueba de fuego es, desvela, que su cliente es prescriptor: "Una de las principales fuentes de entradas de clientes son los propios clientes. Es lo que te da tener una calidad de servicio excelente".