NUEVA YORK (Reuters) - Los arquitectos de un plan de rescate financiero de 700.000 millones de dólares (unos 480 millones de euros) instaron el martes al Congreso estadounidense a actuar rápidamente para proceder a su aplicación, argumentando que de lo contrario habría nefastas consecuencias económicas.
En medio de la turbulencia financiera y de una volatilidad que parece no tener fin en los mercados de valores del mundo, la mayor casa de corretaje de Japón acordó comprar los activos europeos de Lehman Brothers, en lo constituye otro paso dentro de la transformación dramática de Wall Street.
El presidente de la Reserva Federal, Ben Bernanke, y el secretario del Tesoro, Henry Paulson, insistieron en que la mejor oportunidad para estabilizar a los mercados es que el Gobierno compre cientos de miles de millones de dólares de instrumentos relacionados con malas hipotecas.
"Se requiere la acción urgente del Congreso para estabilizar la situación y evitar lo que de otro modo podría ser una consecuencia muy seria para nuestros mercados financieros y nuestra economía", dijo Bernanke en un testimonio preparado que presentó ante la Comisión de Bancos del Senado.
Los mercados financieros globales "siguen bajo una tensión extraordinaria", agregó.
Por su parte, Paulson dijo que la turbulencia del mercado ya se extiende sobre la economía general.
"Ahora tenemos que tomar nuevas medidas decisivas para responder de manera fundamental y extendida a la causa original de esta turbulencia", agregó.
DUDAS DE LOS DEMÓCRATAS
Pero los demócratas, que controlan las dos cámaras del Congreso, están en contra del plan. El presidente de la Comisión de Bancos del Senado, Christopher Dodd, dijo que los legisladores deben limitar el pago ejecutivo para compañías que participan en el rescate o se arriesgan a la ira de los votantes.
"Esta propuesta es asombrosa y sin precedentes en su magnitud y carece de detalles", opinó.
Entre la lista de deseos de los demócratas está que el plan incluya asistencia a los propietarios de viviendas con dificultades para pagar sus hipotecas, el recorte del pago a los ejecutivos de compañías que usen el rescate para limpiar activos tóxicos y que el Gobierno tome participación en el capital de los bancos que recurran el programa.
El candidato presidencial demócrata, Barack Obama, dijo que el alto coste del plan de rescate podría forzar al retraso de algunos de sus proyectos, como el de una revisión del sistema de salud de Estados Unidos.
En Europa y Asia, los principales mercados de valores operaron con bajas en medio de la incertidumbre sobre cuál será el precio que deberá pagar el Gobierno por los instrumentos hipotecarios, sobre cuándo empezará a comprarlos y qué parte de la confianza en el sistema financiero puede ser recuperada.
Firmas japonesa encabezan la lista de interesados en activos de bancos de inversión estadounidenses.
Por su parte, la gigantesca aseguradora American International Group debería tener una lista de activos a la venta la próxima semana, dijo el lunes el nuevo consejero delegado, Edward Liddy.
Algunos analistas e inversores mostraron mayores dudas sobre si Paulson y Bernanke serían capaces de sacar a la mayor economía del mundo de su peor crisis de confianza desde la Gran Depresión de la década de 1930.
Los bancos seguían reacios a prestarse dinero unos a otros, como lo reflejaba el aumento de los tipos interbancarios, que superaban en un punto porcentual a las referenciales de la Fed.
/Por Jason Szep/
(Traducción del Servicio en español de Santiago de Chile. Edición de Teresa Larraz)
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