
Repsol sigue avanzando en el cumplimiento de su plan estratégico y tomando medidas para ajustarse a un entorno de precios bajos del petróleo. La compañía, que contaba con presencia en más de 40 países, ya aseguró en octubre pasado que su intención era reducir su dispersión geográfica para centrarse en los tres principales mercados de la compañía: América, Europa y Asia.
La petrolera, según ha podido saber elEconomista, ha decidido abandonar completamente su presencia en Nicaragua, Liberia y Namibia, pero también reducirá considerablemente el peso del negocio en Alaska.
Repsol ha comunicado al Ocean Bureau of Ocean Energy Managment su decisión de abandonar un total de 93 licencias exploratorias que mantenía en el Mar de Chukchi durante este año. La decisión se produce por las dificultades de exploración en la zona y por los elevados precios que supone al sólo poder perforar en épocas concretas del año. De hecho, la compañía ya ha salido de un total de 55 zonas exploratorias y lo hará del resto en los próximos meses.
La operación afectará también a cerca de 20 empleados que estaban en la oficina de la compañía en Anchorage y que ahora se cerrará. La petrolera pagó 15 millones de dólares para hacerse con los derechos de estos bloques en el año 2008.
La compañía española, no obstante, mantendrá 29 pozos en la zona de Beaufort en los que está con la italiana Eni y la angloholandesa Shell, así como presencia en yacimientos en tierra con Armstrong & Oil. Shell será la única compañía que mantiene su interés en perforar un bloque en la zona.
Repsol además ha salido también de Liberia. La petrolera ha devuelto, con todos los compromisos cumplidos, el único bloque exploratorio (LB-10) en el que tenía participación. En Namibia, la empresa entregó también los tres permisos que tenía y en los que era la compañía operadora. Y en Nicaragua, Repsol hizo efectiva la devolución de dos bloques exploratorios en los que mantenía una participación, concretamente los de Isbel y Tyra.
Sin licencia en Canarias
Por otro lado, el Tribunal Supremo ha zanjado una de las controversias que quedaban pendientes en las prospecciones petrolíferas realizadas por Repsol a 60 kilómetros de Canarias, al dar por hecho que la compañía no podrá retomarlas, porque sus permisos han caducado.
La petrolera española solo realizó uno de los tres sondeos que tenía autorizados, tras reconocer que las trazas de hidrocarburos que había hallado en esos fondos marinos -situados entre Canarias y la costa de Marruecos- no tenían ni la calidad ni la cantidad suficiente como para que le resultara rentable explotar ese pozo.
El Gobierno ya anunció a principios de este año que los permisos de Repsol habían caducado, pero ni el Ejecutivo canario, ni los cabildos de Fuerteventura y Lanzarote, ni las organizaciones ecologistas dieron por buena esa información, porque ni había renuncia expresa por parte de Repsol a las autorizaciones, ni los datos que ellos manejaban permitían hacer tal afirmación, aunque la petrolera había dicho por activa y por pasiva que abandonaba la prospección.
Las administraciones canarias y los grupos ecologistas alegaban que los permisos debían caducar en el año 2017. Industria se llegó a plantear incluso sancionar a Repsol.