Empresas y finanzas

El medicamento que cura la sobredosis de opiáceos dispara por 17 su precio

  • Las farmaceúticas aseguran que cuesta mucho embalarlos
  • Casi 30.000 personas mueren por sobredosis en EEUU cada año

La Naloxona, un medicamento utilizado habitualmente para salvar la vida a adictos a los opiáceos que han sufrido una sobredosis, está disparando su precio hasta niveles nunca vistos -algunas versiones lo han multiplicado por 17-. Es la respuesta de algunas farmacéuticas a un intento del Gobierno Federal encabezado por Barack Obama que pretendía hacer, precisamente, que el coste bajase.

La subida de precios está afectando ya al tratamiento de muchos pacientes en un país donde la sanidad es, de hecho, totalmente privada y donde las clases más pobres dependen en ocasiones pura y simplemente de la caridad para recibir algún tipo de asistencia médica.

Como informa Politico, algunas salas de urgencia de hospitales en todo el país están comenzando a sufrir el desabastecimiento, y algunas organizaciones no gubernamentales dedicadas a prestar servicios sanitarios de forma casi gratuita han comenzado a depender de las donaciones de particulares.

Se da la paradoja de que buena parte de los adictos que entran en urgencias con sobredosis son, precisamente, personas sin recursos enganchadas a la heroína.

"La adicción a los opiáceos es epidémica en nuestro país, y aun así las compañías farmacéuticas están sangrando a los ciudadanos estadounidenses cobrándoles los precios más altos del mundo, porque no tienen vergüenza", afirmaba la semana pasada el candidato socialista a las primarias del partido Demócrata, Bernie Sanders, que añadía: "La codicia de la industria farmacéutica está matando a los americanos".

La subida de precios fue desencadenada por la Casa Blanca, que ahora ayuda a los gobiernos estatales y locales a financiar la compra de grandes lotes del medicamento para conseguir descuentos por volumen, y hacer así que la Naloxona esté disponible en casi cualquier lugar, desde ambulatorios a escuelas. El problema es que las compañías han respondido incrementando las tarifas de su catálogo.

Más competencia, precios más altos

"Es lo que pasa cuando tienes más demanda y los precios los controla un puñado de personas, así que pueden cobrar lo que quieran", afirma tajante Eliza Wheeler, que dirige un proyecto de rehabilitación en el norte de California.

De acuerdo con los datos del reputado Centro de Control de Enfermedades (CDC en sus siglas en inglés), la adicción a los opiáceos como la heroína y otras drogas legales que los utilizan se ha disparado en los últimos años. Conforme a las cifras disponibles para 2014, murieron en Estados Unidos 28.000 personas por sobredosis, más que nunca antes en la historia del país.

Las compañías se defienden afirmando que los costes de fabricación de la Naloxona se han disparado y que los costes de embalaje también han subido, aunque sus argumentos no parecen ser suficientes como para justificar el grueso de la subida de precios, y en todo caso chocan con la lógica del mercado libre. Pese a que en los últimos meses han entrado en el mercado nuevos competidores -algunos de ellos fabricando la versión genérica-, y a que son ya cinco las versiones disponibles del medicamento, lo cierto es que el coste para un consumidor indefenso no ha dejado de aumentar.

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