Empresas y finanzas

Siemens: "Las firmas que no se digitalicen estarán fuera del mercado en pocos años"

  • "La UE debe debe crear un mercado único digital y definir las reglas"
  • "Necesitamos una España 4.0 con una transformación digital y cultural"
Rosa García, presidenta y consejera delegada de Siemens España.

El gran desarrollo de la tecnología en la actualidad está cambiando profundamente la sociedad española, así como las compañías que habitan en ella. Pese al impacto que puede tener en la economía por los ahorros de costes y el incremento de la productividad que genera, sólo una de cada tres empresas españolas está preparada para afrontar la transformación digital. Esta es una de las conclusiones a las que llega el estudio sobre la Digitalización de la Actividad Económica en España 4.0 -elaborado por Roland Berger y patrocinado por Siemens-.

Dicho documento explica, además, que a nivel macroeconómico, la digitalización podría implicar un incremento de más de 120.000 millones de euros sobre el Valor Añadido Bruto (VAB) hasta 2025. La presidenta y consejera delegada de Siemens España, Rosa García, recibe a elEconomista para explicarle la importancia de esta transformación para la economía del país.

¿Qué beneficios tiene la digitalización para las empresas españolas?

La digitalización proviene de un esfuerzo de intentar acercanos a las necesidades de los clientes. No consiste en que haya tecnología, que la hay, sino en que los clientes de las empresas han cambiado y cada vez más están demandando productos que sean personalizables, que les aporten más valor y, en muchos casos, que sean productos conectados. Para ser capaces de hacer estos productos, las empresas tienen que actuar de una forma totalmente distinta. Lo primero que tienen que hacer es entender las necesidades de estos clientes y para ello van a utilizar gran cantidad de datos. La segunda es ser capaces de producir esos productos de una forma distinta. La digitalización no es algo que las empresas puedan optar por no hacer, sino que aquellas que no sean capaces de crear una estrategia de transformación digital en muy pocos años estarán fuera del mercado.

¿Qué papel ocupa la Administración Pública en esta revolución?

La Administración Pública tiene una labor tractora. Debe crear, sobre todo a nivel de la Unión Europea, un mercado unificado de forma digital y definir de forma clara las reglas de juego. Además, debe apostar por una educación 4.0 a dos niveles: el teórico y el práctico. Por un lado, hay que tener en cuenta que muchas cosas que los niños está aprendiendo ahora dejarán de ser verdad incluso antes de que acaben la escuela. Por otro, hay que apostar por la formación profesional dual y establecer una relación más importante entre las empresas y las universidades. También hay que fomentar la emprendeduría, ser capaces de hacer ideas nuevas, de llevarlas nuevas al mercado y también ser capaces de reaccionar al fracaso con menos trauma. Necesitamos una España 4.0 donde se haga una transformación digital tanto cultural como tecnológica, pero hay que hacerla entre todos: las empresas, las asociaciones empresariales y el Gobierno. En definitiva, la sociedad en su conjunto.

Y con todo eso, se generarán más de 120.000 millones de VAB hasta el año 2025...

Para esto, se tienen que juntar dos cosas: la cantidad de producto adicional nuevo -es decir, que aumenta la oferta- y los ahorros que se pueden llegar a acometer cuando se implementan procesos digitales.

Con las reestricciones presupuestarias de Bruselas, ¿cómo puede un ministro justificar la apuesta por estas inversiones?

Creemos que la transformación digital es inamovible y hay muchas cosas que no requieren una inversión muy grande. Además, se está abriendo la financiación y el cash flow de las empresas es más positivo. Ahora es buen momento para invertir. No hemos destinado suficiente dinero a la tecnología y eso ha provocado, según los datos del Banco Mundial, que nuestro país se haya movido del puesto número 43 del mundo en cuanto a la utilización buena de la digitalización hasta el puesto número 45. Si no realizamos esas inversiones ahora, las realizarán otras compañías de la competencia o, incluso, otros países.

¿Se generará más empleo?

Sí, pero cambiará profundamente y será mucho más técnico.

Estamos viviendo un momento en el que las compañías quieren volver a instalar sus fábricas en España, ¿cómo casa eso con la industria 4.0?

En la actualidad, lo que demandan los clientes son productos personalizados de una forma más rápida. Por ello, va a haber una tendencia a traer fábricas que estaban deslocalizadas hacia Europa o España. Sin embargo, ahora las cosas se hacen de forma distinta a como se hacían tiempo atrás. Antes, entre la idea y el producto pasaban muchos años. Ahora, se recorta mucho el tiempo gracias a que se pueden crear productos sin prototipos. Respecto al diseño de las fábricas, antes se encontraban errores en la cadena de montaje cuando todo estaba ya hecho. Ahora, se crea una imagen totalmente virtual de la fábrica y se prueban todos los procesos de fabricación, por lo que cualquier error es reparable. Así ahorras muchísimo tiempo y dinero. Además, a día de hoy sensorizamos los sistemas y somos capaces de predecir cuándo algo se va a romper y así lo cambiamos días antes de que se rompa cuando no haya nadie en la fábrica. Al final, se digitaliza el producto, el soporte y la fábrica.

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