Empresas y finanzas

Vender alimentos caducados, una moda danesa contra el despilfarro de comida

No despilfarrar alimentos es una máxima que cobra relevancia especialmente en épocas de dificultades económicas y, por ejemplo, lo que hacen los restaurantes con la comida que les sobra o los supermercados con los alimentos caducados se convierte en foco de atención y de debate. A este último punto, en Dinamarca le han dado respuesta: venderlos a precio reducido en un 'súper' especial gestionado por una organización sin ánimo de lucro.

Wefood es el nombre del primer supermercado del mundo dedicado a vender productos caducados y desde que a finales de febrero abrió sus puertas en la capital de Dinamarca, Copenhague, se ha convertido en todo un fenómeno capaz de provocar largas colas de usuarios ante sus puertas. Su secreto: ofrecer productos entre un 30% y un 50% por debajo de su precio habitual.

Esta iniciativa pionera con fin solidario -los trabajadores del supermercado son voluntarios y toda la recaudación va a parar a la ONG DanChurchAid, la cual presta ayuda humanitaria en países pobres- obtiene los productos que vende de donaciones de otros establecimientos de alimentación, que ya no los comercializan al haber sobrepasado la fecha de caducidad.

Lo que podría considerarse un supermercado en el que comprarían las clases más desfavorecidas de la sociedad, se está convirtiendo en un comercio al que acude todo tipo de personas, gracias a campañas de concienciación sobre la seguridad de lo que se vende en Wefood, propuesta respaldada por el propio Gobierno danés en su lucha contra el despilfarro de comida y el consumo responsable.

En los lineales de cualquier supermercado es frecuente encontrar productos con grandes descuentos que acaban en esas zonas en vísperas de caducar. Wefood va un paso más allá y arma su oferta con esos mismos productos, pero cuando ya han rebasado la fecha impresa en su correspondiente 'packaging'.

¿Quién no se ha comido alguna vez algún alimento que ha encontrado olvidado en su nevera haciendo caso omiso de la fecha de caducidad recomendada por el fabricante? No hace tanto, el entonces ministro de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente, Miguel Arias Cañete, se jactaba de consumir yogures caducados sin ningún tipo de temor, al tiempo que declaraba que "el consumo preferente es una fecha con un margen de seguridad muy, muy alto" y que había que trabajar para cambiar la forma de etiquetado para poder distinguir entre las fechas de "consumo preferente y caducidad", algo distinto.

En un país como Grecia, en 2012 se permitió que cualquier supermercado vendiera productos caducados rebajando su precio original.

Según datos de 2015, en España se destruían diariamente 21.000 toneladas de comida, siendo las cadenas de alimentación las responsables de 1.000 de ellas. Sólo unas pocas empresas declaran seguir una política por la que hacen llegar a bancos de alimentos, comedores sociales u ONGs aquello que no venden a tiempo. La mayoría acaba en contenedores de basura, lugares de abastecimiento, por otra parte, de una legión de gente pobre que en las ciudades rebusca entre los desperdicios.

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