La unión de ambas crearía un gigante en el sector químico y agrícola para competir con la fusión de Dow y Dupont
El sector químico agrícola vive este año una ola de concentración de sus principales operadores. Tras la unión de las estadounidenses Dow Chemical y Dupont, ayer fue la alemana Bayer la que deslizó su interés en protagonizar otra megaoperación en el sector: nada menos que la compra de Monsanto, la firma estadounidense que controla la mayor parte del mercado de semillas en el mundo.
La noticia, adelantada por la agencia Bloomberg, no fue confirmada por ninguna de las dos partes, pero el mercado bursátil sí recogió con turbulencias la noticia, con subidas de hasta un 10 por ciento de las acciones de la estadounidense y caídas del 5 por ciento de la alemana. Según varias fuentes, la multinacional alemana podría ofrecer unos 35.000 millones de euros por Monsanto, justo el valor en bolsa de la firma.
De concretarse la compra de Monsanto por Bayer, la operación crearía el mayor productor de semillas del mundo y productos químicos para la industria agrícola. Monsanto viene reconociendo desde hace tiempo que necesita ganar tamaño para ofrecer a las macroexplotaciones agrícolas un catálogo unificado de productos y servicios bioquímicos, desde las semillas transgénicas a los pesticidas. Además, la oferta de Bayer se confirma sólo un par de meses después de que se conociese que Monsanto había llamado a la puerta no sólo de Bayer, sino también de otra química germana: Basf. Según algunas informaciones recientes, esta última empresa seguiría interesada en la adquisición.
El intento de compra de Bayer a Monsanto se produce en medio de una batalla mundial por incrementar la concentración del sector de la química alimentaria. La compra de la firma suiza de semillas Syngenta por parte de la compañía estatal china ChemChina, y la fusión de DuPont y Dow Chemical han cambiado de forma radical el panorama de este mercado. La propia Monsanto intentó comprar Syngenta el pasado año.
Bayer se encontrará, de todas formas, con fuertes restricciones de las autoridades europeas de Competencia como del propio Gobierno de EEUU, por lo que una alternativa a la fusión sería el intercambio de algunos activos.
