La semana pasada, después de meses de distanciamiento, la patronal de la minería del carbón, Carbunión, y los sindicatos CCOO y UGT se reunieron por separado con el secretario de Estado de Energía, Alberto Nadal.
Los primeros en verle, el miércoles, fueron los sindicatos, que remitieron una dura nota de prensa en la que valoraban la estrategia del Gobierno sobre el sector: "de llevarse a efecto lo dicho por el Secretario de Estado de Energía, la minería del carbón en nuestro país no tiene ninguna solución".
Los sindicatos, además, aclararon que la vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, había errado al anunciar el viernes anterior que las nuevas ayudas propuestas, de 10 euros adicionales por tonelada de mineral extraído, no tendrían que devolverse.
La patronal tuvo su cita el jueves y el viernes mando otro comunicado, más comedido, pero con el mismo tono negativo: "grave preocupación de los empresarios por los acuerdos presentados".
Carbunión reclamó a Nadal que publique cuanto antes la orden ministerial que debe establecer las nuevas subvenciones, porque, de otro modo, "su efecto a corto plazo será negativo para las empresas mineras, pues tendrían que vender el carbón a menor precio sin saber cuándo cobrarían las ayudas".
El gran problema del sector es que las empresas eléctricas no compran su producción, más cara e ineficiente que el mineral de importación.