Empresas y finanzas

Los Álvarez renuncian a luchar por el consejo y ofrecen un pacto en Eulen

  • Plantean que María José siga como presidenta, pero piden nombrar a un CEO
  • El resto del máximo órgano ejecutivo estaría ocupado por independientes
María José Álvarez, presidenta y administradora única del grupo Eulen.

Pacto por la paz en Eulen. Es lo que han pedido los cinco hermanos Álvarez apartados de la gestión de la compañía por su hermana María José, pese a controlar cerca de un 40 por ciento del capital. Según han confirmado fuentes próximas a la familia, después de casi seis años de batalla judicial y enfrentamiento familiar por el control de la empresa, Elvira, Marta, Emilio, Juan Carlos y Pablo Álvarez Mezquíriz han presentado una propuesta amistosa a su hermana, que figura actualmente como administradora única del gigante de la seguridad, la limpieza y los servicios.

"Aceptamos que ella siga como presidenta del consejo de administración, puesto que tiene la mayoría del capital, pero pedimos una profesionalización del órgano ejecutivo, con el nombramiento de un consejero delegado", aseguran estas fuentes. Pero los cinco hermanos van incluso más allá y renuncian incluso a entrar en el consejo.

Según explican, "queremos separar el conflicto familiar de la gestión de la compañía, por lo que consideraríamos muy positivo que se nombrara a consejeros independientes, sin que sea necesaria nuestra entrada en el órgano ejecutivo".

En su opinión, lo que no tiene sentido, siguiendo las mínimas normas de buen gobierno, es que un grupo que emplea a más de 85.000 personas, que tiene una facturación superior a 1.300 millones de euros y una fuerte presencia internacional, no tenga actualmente una gestión profesionalizada en sus órganos de gobierno.

Junta extraordinaria

El pasado 3 de mayo, la compañía celebró una junta extraordinaria de accionistas con el objetivo de tratar de buscar una solución, pero María José Álvarez, que ni siquiera acudió a la junta, se cerró en banda a la pérdida del control.

A través de la sociedad instrumental Daval Control, que constituyó junto a su padre, la actual presidenta controla el 57,5% del capital, lo que ha permitido no sólo consolidarse como administradora única, sino también autonombrarse presidenta de la compañía.

Al margen de un 2,6% de autocartera, el resto de sus hermanos controlan a través de El Enebro, la sociedad matriz de Vega Sicilia, de la que sí que tienen el control, el 39,7% restante.

Las participaciones, en cualquier caso, pueden variar porque la herencia de David Álvarez, el fundador de Eulen, fallecido el pasado mes de noviembre, todavía no está definida y es posible que haya algunos cambios accionariales en los próximos meses, que podrían afectar incluso a Daval, la firma controlada por María José. A pesar del pacto amistoso ofrecido por sus hermanos, el conflicto parece aún muy lejos de arreglarse.

El pasado miércoles, después de celebrarse la junta de accionistas y de conocer la propuesta de sus hermanos, María José Álvarez remitió una nota a los medios de comunicación en la que defendió el control que mantiene sobre Eulen, argumentando que así "se cumplen los deseos" de su padre, que la designó, según explicó, "heredera universal, en su expresa voluntad de dejar en las manos que él consideraba más solventes el futuro del grupo".

La compañía de servicios recordó que María José Álvarez Mezquíriz mantiene en El Enebro, propietario de Vega Sicilia, la misma participación que sus hermanos y está "por voluntad" de estos apartada de la gestión del grupo patrimonial, que suprimió su consejo de administración sustituyéndolo, también, por un administrador único, cargo para el que designaron a la Sociedad Mezqual Limited, compañía que ellos constituyeron en Londres.

Sus hermanos se defienden asegurando, sin embargo, que nunca ha querido un puesto en el consejo, tal y como se la ha ofrecido, y que la constitución de Mezqual obedece a integrar las acciones y evitar nuevos conflictos, teniendo en cuenta que pronto habrá además una nueva generación familiar.

Evitar los tribunales

A la espera de cómo evolucione el conflicto, los cinco hermanos de María José -todos salvo Jesús David Álvarez, que se posicionó en un primer momento del lado de ella y de su padre, pero que acabó vendiendo las acciones a los otros- la familia quiere evitar a toda costa un nuevo conflicto en los tribunales.

"No creemos que la solución pase ahora mismo por abrir una nueva batalla legal, porque se alargaría en el tiempo y la única perjudicada sería la empresa. Lo que intentaremos será convencer a nuestra hermana. No vencerla, pero si convencerla", aseguran las fuentes familiares consultadas por este periódico. Ella, por ahora, se niega.

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