Una comisión de Naciones Unidas podría poner en problemas los planes de Reino Unido para extraer millones de barriles de petróleo en las aguas que rodean a las islas Malvinas. En una decisión sin precedentes, el organismo internacional encargado de resolver las disputas territoriales en los mares y los océanos ha decretado que la plataforma continental bajo control de Argentina debería ampliarse en un 35% e incluir el terreno que rodea a las polémicas islas.
La decisión de la ONU fija el nuevo límite de la plataforma continental en las 350 millas de su línea de costa, en lugar de las 200 millas actuales, y confirma la posición sostenida por Argentina en un informe publicado en 2009. Eso quiere decir, en términos simples, que todo lo que salga del suelo oceánico en la nueva franja será propiedad del estado argentino.
El argumento para dictaminar en contra de Reino Unido es claro y se basa en el literal del artículo 76 del la Convención de las Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar (también conocida como tratado de Montego Bay), que reza así: "Para los efectos de esta Convención, el Estado ribereño establecerá el borde exterior del margen continental, dondequiera que el margen se extienda más allá de 200 millas marinas contadas desde las líneas de base a partir de las cuales se mide la anchura del mar territorial..." y que detalla los casos para extender el límite hasta las 350 millas en los párrafos 4 a 7.
Reino Unido se pone de perfil
El Gobierno de Londres, lejos de discutir los términos jurídicos de la controversia, se ha limitado a desdeñar los efectos de esta Comisión. "Es importante señalar", decía hoy una portavoz del primer ministro David Cameron, "que se trata de un comité asesor: hace recomendaciones, que no son legalmente vincultantes, y la comisión no tiene jurisdicción sobre asuntos de soberanía".
"Lo que importa es lo que piensen los (3.000) habitantes de las Malvinas, que han dejado claro que quieren seguir siendo un territorio de ultramar de Reino Unido; apoyaremos su derecho a autodeterminar su propio futuro", ha añadido.
Sin embargo la de esta portavoz parecía la respuesta adecuada para la pregunta equivocada. Aunque Argentina aspira también -su propia constitución lo refleja- a tener soberanía sobre las islas, el dictamen de Naciones Unidas no se refiere a las tierras emergidas ni al mar territorial (la superficie marítima más próxima a las Malvinas). Se refiere claramente al suelo oceánico que rodea el archipiélago.
Por tanto, lo que importa no es lo que opinen los isleños: es quién puede perforar y dónde. Varias empresas, mayoritariamente británicas, han estado explorando las aguas alrededor de las islas desde hace cerca de un lustro, y aunque el precio del crudo había retrasado el inicio de las operaciones, al menos dos estaban ya realizando las primeras tareas para la explotación mediante una plataforma petrolífera en el bloque bautizado como Sea Lion. Se trata de Rockhopper y Premier Oil, que tras conocerse la decisión de Naciones Unidas han llegado a caer cerca de un 10% en bolsa.

El gobierno de Argentina ha mostrado su satisfacción por la decisión internacional y ha calificado como "rotundo éxito" que Naciones Unidas haya dado la razón a su planteamiento de 2009. "Hemos dado", ha dicho la canciller Susana Malcorra, "un gran paso en la demarcación del límite exterior de nuestra plataforma continental el límite más extenso de la Argentina, y nuestra frontera con la humanidad".