Alberto Martín, socio responsable de Energía y Recursos Naturales de KPMG, anunció ayer, durante un acto organizado por la citada consultora y Enerclub, que los márgenes de las refinerías europeas han caído aproximadamente a la mitad en los últimos meses, desde los ocho dólares por barril hasta unos cuatro dólares por barril.
El dato, que ha sido confirmado por otros interlocutores, aumenta la presión sobre las petroleras, puesto que la actividad de refino había sido particularmente buena durante los últimos tiempos, aportando un precioso balón de oxígeno a las cuentas de resultados, muy afectadas por la caída del crudo y la pérdida de rentabilidad de las actividades de exploración y producción.
La reducción de los ingresos por refinar el crudo ya estaba prevista en buena medida, puesto que es resultado del propio descenso del petróleo: cuándo éste comienza a abaratarse, la bajada no se traslada a la misma velocidad a los productos refinados -combustibles, naftas, lubricantes, parafinas...-, lo que provoca un aumento de los márgenes. Sin embargo, los precios del crudo acaban por llegar a los productos refinados, con lo que la rentabilidad disminuye.
La bajada, naturalmente, no es igual para todas las instalaciones. y no tiene el mismo efecto en todas las empresas.
Repsol, por ejemplo, invirtió 4.000 millones entre 2007 y 2011 en mejorar sus instalaciones de Cartagena y Bilbao, situándose en la cúspide de la eficiencia y la rentabilidad en la UE en el ámbito del refino. Durante el año 2015 su margen fue de 8,5 dólares, frente a 4,1 registrados el año anterior. En sus previsiones, estima una media de 6,4 dólares hasta 2020; la media en lo que va de año es del 7,3 dólares.
Cepsa, por su parte, informaba al mercado de un margen de 7,9 dólares durante los tres primeros trimestres de 2015 -últimos resultados publicados-, frente a 4,3 dólares del mismo período del ejercicio anterior.