El viernes de la semana que viene se cumplen cinco años desde que un potentísimo terremoto y un tsunami arrasaran la central nuclear japonesa de Fukushima, y Foro Nuclear -el lobby del sector- informó ayer de los avances en seguridad que las seis centrales españolas han acometido desde entonces.
Según la entidad, las centrales han acometido más del 80 por ciento de las medidas establecidas por el Consejo de Seguridad Nuclear, de acuerdo con las directrices europeas. Fuentes del sector indican que se han ejecutado las más baratas, quedando pendientes las más onerosas.
Estas nuevas medidas se adoptaron tras superar unos test de estrés que indicaron que los márgenes de seguridad de las plantas era "excelente". No obstante, todas han tenido que incrementar su seguridad en dos vías diferentes: la protección frente a fenómenos extremos, como las inundaciones -"completadas prácticamente"-, y la prevención y la mitigación. Entre las mejoras exigidas figuran la construcción de nuevos edificios de gestión de emergencias, la instalación de generadores autónomos adicionales o más sistemas de refrigeración.
Coste de 240 millones
Los primeros cálculos de la Comisión Europea sobre el coste de reforzar la seguridad auguraban una factura enorme: de 10.000 a 25.000 millones de euros en toda la UE, que se traducían en un rango de 240 a 1.600 millones en España.
Las cifras que ahora maneja la industria indican que nos estamos quedando en el rango bajo, unos 30 millones por reactor, precisamente 240 millones, contando también con la cerrada central de Garoña.
La industria, que recuerda que tiene los índices de accidentes más bajos de todas las fuentes de producción de electricidad, considera que el incremento de la seguridad es un aval para prolongar su vida útil más allá de los 40 años previstos originalmente.