Iberdrola presentó ayer en Londres su Plan Estratégico entre 2016 y 2020 en el que prevé una volumen de inversión de 24.000 millones de euros -unos 4.800 millones al año-, de los que un 88 por ciento se destinarán a actividades reguladas o con contratos a largo plazo. El crecimiento del resultado bruto operativo (ebitda) y del beneficio rondará el 6 por ciento anual, acelerándose entre 2018 y 2020; la remuneración al accionista aumentará en la misma proporción.
Afianzada en un modelo de negocio que le ha permitido multiplicar por cinco el valor de los activos en 15 años y convertirse en la mayor eléctrica europea por capitalización, Iberdrola plantea una evolución continuista, en la que se apuesta con fuerza por negocios estables -en 2020 el 81 por ciento del ebitda provendrá de negocios regulados, frente al 75 por ciento actual- y por crecer en las áreas geográficas en las que ya tiene presencia: la península Ibérica, EEUU, Reino Unido y Brasil.
Las asunciones del Plan son conservadoras: rebajan el consenso del mercado sobre la evolución de las materias primas o los precios de los mercados eléctricos -apuesta por una media de 48 euros por MWh en España durante el período- y confía en el flujo de caja para nutrirse: espera que cubra el 93 por ciento del capital necesario con la premisa de que cada negocio se autofinancie.
El grueso de las inversiones, unos 11.000 millones, se destinará al negocio de redes, casi la mitad en EEUU y un tercio en Reino Unido; a España le corresponderá un 15 por ciento y a Brasil el resto.
En renovables maduras, eólica y fotovoltaica, recalarán 7.700 millones, que permitirán conectar 3.450 MW, de los que un 75 por ciento ya está en construcción. Cerca de la mitad de toda la inversión será para el negocio eólico marino en el norte de Europa. En España sólo se esperan "oportunidades puntuales".
A la generación convencional y comercialización de energía se destinarán 4.000 millones, sobre todo en cogeneraciones y ciclos combinados en México.
En resumen, la potencia instalada en 2020 de la compañía presidida por Ignacio Sánchez Galán debería crecer un 9,2 por ciento y alcanzar los 48.700 MW, de la que únicamente el 1 por ciento correspondería al carbón. Gracias a ello, la producción eléctrica debería subir un 28 por ciento, hasta 168.000 GWh anuales -prácticamente la mitad con gas- y las emisiones de CO2 reducirse un 20 por ciento respecto a los niveles actuales.
Los resultados tendrían que crecer una media del 6 por ciento anual, y el dividendo evolucionar en esa misma proporción, recibiendo entre el 65 y el 75 por ciento del beneficio; la compañía mantendrá el esquema de abonarlo en efectivo y en acciones, pero recomprará títulos propios para que se mantengan en 6.240 millones.
La dinámica debería permitir que la relación entre deuda y ebitda baje a 3,1 veces en 2020, aunque la deuda total aumente un 6 por ciento, hasta los 30.000 millones.
El mercado no ha recibido mal el Plan: la empresa bajó un 1,54 por ciento en el parqué madrileño, mientras que el conjunto del selectivo Ibex 35 se dejó el doble: un 3,07 por ciento.
Gana 2.422 millones en 2015, un 4% más
Iberdrola también presentó ayer los resultados del año pasado, en el que obtuvo un beneficio neto de 2.421,6 millones de euros, un 4,1 por ciento más que en 2014. El ebitda ascendió a 7.305,9 millones, un 4,9 por ciento más, y las ventas se situaron en 31.418,7 millones, un 4,6 por ciento más. A la vista de los datos, se propondrá a la Junta, el próximo 8 de abril, abonar a los accionistas un dividendo un 4 por ciento superior al de 2014, hasta los 0,28 euros brutos por acción.
Los resultados del ejercicio se han visto mermados por el cierre de la central de carbón de Longannet, en el Reino Unido, que en su día fue la mayor de Europa; la clausura ha provocado una provisión de 230 millones. Otros impactos negativos proceden de un cambio fiscal también en Reino Unido -170 millones- y de la creación de Avangrid -la nueva filial estadounidense, surgida tras la absorción de UIL-, que ha mermado el beneficio en 45 millones. Sánchez Galán indicó durante su intervención que todavía no se conoce el monto de las sinergias que podrán lograrse cuando se complete la integración.
En el lado positivo, el ebitda de todos los negocios creció: redes un 1,9 por ciento, renovables un 18,6 por ciento, y generación y comercialización un 1,2 por ciento. El flujo de caja también evolucionó al alza, un 8,2 por ciento, hasta los 5.906,7 millones.
Las inversiones durante el ejercicio se situaron en 3.223 millones, un 13,2 por ciento más que en 2014, y la gran mayoría se dedicó a los negocios regulados.
La deuda, finalmente, incrementada por la absorción de UIL, se elevó a 28.067 millones, lo que supone una ratio de 3,6 veces al dividirla por el ebitda.
'Encantados' con la fusión entre Gamesa y el área eólica de Siemens
Ignacio Sánchez Galán, a requerimiento de los analistas, indicó que Iberdrola considera una "excelente noticia" la fusión entre la división eólica de Siemens y Gamesa, de la que posee casi el 20 por ciento de las acciones. Aseguró no tener detalles de la operación y explicó que ambas empresas son proveedores de referencia, por lo que "en nuestro caso, estaríamos encantados de tener todo bajo el mismo apartado". Eso sí, especificó que no contempla hacer "ninguna desinversión" sea cual sea el resultado de la operación en curso.