
La situación actual de los mercados no atemoriza a los grandes empresarios a nivel mundial. Prueba de ello es que el 49% de los ejecutivos prevé hacer alguna desinversión en los próximos dos años, lo que supone duplicar la cantidad del anterior informe Global Corporate Disvestment Study, elaborado por la firma de servicios profesionales EY.
De acuerdo con el informe, este porcentaje podría aumentar, ya que el 46% de los encuestados reconoce estar abierto a posibles oportunidades, pese a no estar en estos momentos planteándose ninguna desinversión, y solamente el 5% de los ejecutivos niega que se plantee hacer desinversiones, frente al 56% que manifestaba lo mismo en el estudio del año pasado.
Además, el 31% de los encuestados reconoce que la oportunidad de vender un activo en un momento determinado y no como resultado de una planificación estratégica fue el factor más importante que desencadenó su última gran desinversión. Por detrás se sitúan factores como la débil posición competitiva en el mercado.
Venta de activos estratégicos
Por otra parte, el 60% de los ejecutivos espera que aumente en los próximos doce meses el número de firmas que vendan activos estratégicos, mientras que el 37% prevé que no haya cambios y el 3% restante ve posible un descenso.
En palabras del socio director del área de Transacciones de EY, Rafael Roldán, "una buena desinversión es aquella que consigue mejorar los múltiplos de valoración del negocio de la compañía post desinversión, logra un precio de venta por encima de las expectativas y se realiza en el tiempo previsto".
Precisamente, los resultados de la encuesta muestran que más de un tercio de las compañías logró batir sus expectativas en la última desinversión y que el 55% se situó en línea con lo esperado.