Bombardier ha confirmado hoy que planea recortar 7.000 empleos de una plantilla total de 64.000, tras publicar unos resultados empresariales correspondientes al cuarto trimestre y al cierre de 2015 peores de lo estimado previamente. Los ingresos se redujeron el pasado año a 18.172 millones de dólares, frente a los 20.111 millones del año anterior, y el Ebitda en términos proporcionales se redujo al 5,5%, frente al 6,7% de 2014 (999 y 1.347 millones en términos absolutos, respectivamente). El beneficio por acción fue así de 0,14 dólares, frente a los 0,2 que habían pronosticado los analistas.
Los despidos se sucederán en los próximos dos años, y serán parte de un programa de reestructuración que comportará costes de hasta 300 millones de dólares. De ellos, cerca de la mitad (3.200) se producirán en la unidad de material rodante ferroviario, mientras que el resto corresponderán al sector aeronáutico.
Alain Bellemare, nombrado consejero delegado de la compañía hace ya un año con el objetivo de meter en cintura el programa de fabricación de aeronaves de la serie C, que hasta la fecha se ha llevado 5.400 millones de dólares, tras numerosos retrasos y sobrecostes.
Esta línea de producción ve ya la luz al final del túnel, tras sumar pedidos por valor de 2.500 millones en el trimestre, y la reciente firma de un acuerdo de intenciones por parte de Air Canada que, de llevarse a cabo en su totalidad, comportaría ventas de hasta 3.800 millones de dólares.
