Esther Caballero
Madrid, 20 sep (EFECOM).- Los máximos responsables y accionistas de Metrovacesa han finiquitado seis meses y medio de feroz lucha pública con sus opas sobre la empresa para irse con la guerra a otra parte: el consejo de administración de la primera inmobiliaria española.
Además de la resaca jurídica que arrastran -dos recursos que deberá dirimir la Audiencia Nacional-, el resentimiento sigue a flor de piel entre el presidente de Metrovacesa, Joaquín Rivero, y sus oponentes, la familia Sanahuja.
"Las heridas tardan en cicatrizar", avisó recientemente a EFE Rivero, que tuvo que frenar su tercera gran operación corporativa, la compra de la Inmobiliaria Colonial, al enterarse 48 horas antes del lanzamiento de la opa de la familia Sanahuja, que tuvo lugar el 1 de marzo.
La familia tampoco se ha podido salir con la suya por la contraopa que le plantaron Rivero y su socio Bautista Soler, preparada para que los díscolos promotores catalanes tuvieran que extender su oferta al cien por cien de Metrovacesa si querían igualar su precio, algo harto improbable.
Fue un golpe maestro, porque los Sanahuja, que habían acudido ese mismo 5 de mayo a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) para ofrecer un precio más elevado, se tuvieron que quedar con la propuesta en el bolsillo y resignarse al proceso de opas competidoras con mejoras en sobre cerrado.
Artimañas posteriores, rechazos, pataletas y recursos aparte, los Sanahuja han perdido más de lo que han ganado en este proceso, ya que se han endeudado, pese a no haber mejorado su oferta, y siguen en la misma posición que antes de la opa, es decir, en minoría en el consejo, dado el apoyo de las cajas a Rivero y Soler.
Así las cosas, la guerra de opas más polémica, por detrás de la de Endesa, se traslada ahora a otro terreno de la inmobiliaria, el máximo órgano de administración de la compañía, donde empezó a gestarse el conflicto.
Curtido en batallas, como las italianas, Rivero probablemente se va a saltar a la torera posibles opiniones contrarias de los Sanahuja, gracias al apoyo de Bancaja, CAM y Caja Castilla La Mancha, que van a facilitar la toma de decisiones por mayoría.
La familia ha hecho signos de paz en las últimas semanas y ha insistido en que no va a tirar piedras contra su tejado, por lo que apoyará todas aquellas operaciones que supongan dar valor Metrovacesa. Con excepciones, claro.
Descartadas las ampliaciones de capital que no impliquen suscripción preferente para los accionistas, es decir, que no les otorguen derechos para la compra de títulos con carácter prioritario.
Ya se opusieron a esa operación -aprobada en Junta General de Accionistas- con un recurso en un Juzgado de lo Mercantil, que fue un aviso de los dos que vendrían más tarde en la Audiencia Nacional: el interpuesto contra la decisión de la CNMV de autorizar la opa de Rivero y Soler y el que recurría el rechazo del organismo regulador a su propuesta mejorada.
Las armas empezarán a velarse de nuevo una vez se liquiden ambas opas, previsiblemente la próxima semana. EFECOM
ecm/txr
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