
A menos de quince días para que termine el año, el mercado hotelero sigue en plena ebullición. La última gran operación se ha cerrado en la Ciudad Condal, con la venta del hotel Hilton de Barcelona, que ha cambiado de manos en una transacción de 60 millones de euros, según han explicado a elEconomista fuentes del sector.
El comprador del inmueble es el fondo soberano de Oriente Medio, Omán Investment Fund (OIF), que aterriza con esta operación en el sector hotelero español. OIF es el fondo del Sultán de Omán, que creó este vehículo en 2006 y que actualmente gestiona a nivel mundial activos por 6.000 millones de dólares (unos 5.498 millones de euros).
Hasta ahora el inmueble estaba en manos de Westmont Hospitality, uno de los mayores grupos franquiciadores de hoteles del mundo, que lo adquirió en 2011 a través de una joint venture con Baupost y dentro de la compra de una cartera de ocho hoteles. Por el Hilton de Barcelona pagaron concretamente 40 millones de euros a Morgan Stanley, por lo que ahora acaban de cerrar una venta redonda, ya que en cuatro años han logrado unas plusvalías del 50%.
La cadena Hilton, que se estrenó en España cuando abrió las puertas de este hotel en Barcelona, tiene actualmente un contrato en vigor por lo que, de momento, seguirá gestionando este establecimiento de cinco estrellas, que se cons- truyó en 1990 ante la llegada de los Juegos Olímpicos del 92.
El inmueble se encuentra en la Avenida Diagonal y cuenta con 289 habitaciones repartidas en once plantas. En total, suma unos 20.000 metros cuadrados y además de un gimnasio, el hotel ofrece 17 salas de reuniones con capacidad para hasta 610 personas.
Qatar conquista el sector
Barcelona ha sido un importante foco de atracción para los inversores de Oriente Medio, que ya en 2013 se posicionaron en el sector hotelero de la Ciudad Condal con la compra del Hotel W, popularmente conocido como Hotel Vela.
El fondo Qatari Diar pagó 200 millones a FCC, OHL, Comsa Emte y el Grupo Godia, que compartían la propiedad del inmueble a partes iguales. El Hotel W, con 473 habitaciones, fue construido en primera línea de mar en el Puerto de Barcelona, abrió sus puertas a finales de 2009 y costó unos 260 millones de euros.
El fondo Qataria Diar ya estaba presente en Cataluña, pues en 2011 se hizo con la propiedad de Marina Tarraco, el complejo de ocio y yates de lujo de Tarragona, que adquirió por 65 millones de euros.
Apenas seis meses después, en enero de 2014, Qatar volvió a protagonizar otra importante operación para el sector, con la compra del hotel Renaissance Barcelona, por 78,5 millones de euros. Este activo estaba en manos de la cadena hotelera Marriott que se lo vendió al fondo propiedad de las fuerzas armadas de Qatar (QAFIP), uno de los múltiples brazos inversores del emirato.
Ese mismo año, los inversores qataris se fijaron también en Madrid, donde adquirieron el hotel InterContinental, valorado en 70 millones. Katara Hospitality compró este establecimiento dentro de un paquete de cinco hoteles operados por la misma cadena y situados en Ámsterdam, Roma, Fráncfort y Cannes.
El atractivo del mercado inmobiliario arrastró también hasta España al grupo árabe Olayan, que aterrizó en la capital como el nuevo dueño del emblemático Hotel Ritz. Tras los intentos fallidos con otras cadenas hoteleras, como Marriott o Fairmont, los que por entonces eran los propietarios del hotel, Omega Capital, controlado por Alicia Koplowitz, y Belmond, lograron cerrar un acuerdo con Olayan por 130 millones de euros.
El grupo saudí, presidido por Khaled Olayan, llegó de la mano de Mandarín Oriental. La firma asiática llevaba meses buscando una oportunidad para abrir un hotel de su cadena en Madrid y gracia al holding árabe ha podido hacerlo, ya que este asumirá alrededor del 75% de la inversión. Además del desembolso por la compra del inmueble, los nuevos propietarios anunciaron una reforma para adaptar el hotel a la nueva marca, de unos 90 millones de euros.
En Madrid se fragua a día de hoy la operación más relevante del sector. Se trata de la venta del Hotel Villa Magna, que estuvo cerca de cerrarse con el empresario Jaime Gilinski. Sus propietarios, la familia portuguesa Queiroz Pereira, piden alrededor de 190 millones.
Vence a la incertidumbre que genera Colau
Este año el sector hotelero espera un récord de inversión con transacciones por encima de los 2.000 millones de euros, según los expertos. Estas cifras casi duplican la inversión que se alcanzó el año pasado, cuando se movieron 1.100 millones de euros en operaciones de compra-venta y se ponen muy por encima de los 1.600 millones que se movieron durante 2006, el mejor año antes de la crisis. El fuerte atractivo que genera el sector inmobiliario entre los inversores internacionales ha podido incluso con las políticas restrictivas puestas en marcha en Barcelona.
La Ciudad Condal, que registró durante los últimos años una intensa actividad en el sector, liderando durante una primera etapa la reconversión de inmuebles, pasa ahora por horas bajas. La llegada de la nueva alcaldesa por Barcelona en Comú, Ada Colau, que aplicó una moratoria temporal al sector ha generando una fuerte incertidumbre entre los inversores, que también se mantienen en alerta ante el independentismo catalán.