Un extraño movimiento empresarial ha sorprendido a muchos analistas esta semana en Estados Unidos. La cadena de ropa hipster Urban Outfitters ha anunciado que se compra una cadena de pizzerías en Filadelfia.
"El gasto en cenas informales se está expandiendo con velocidad, y creemos que es una gran oportunidad para entrar en el concepto de negocio de Pizzeria Vetri y hacerlo crecer", afirmaba el consejero delegado de Urban Outfitters, Richard Hayne.
Hayne tiene razón al afirmar en que el negocio de la comida rápida está creciendo a buen ritmo. Aquellas cadenas que los consumidores perciben como 'saludables' están experimentando subidas en su facturación explosivas, como es el caso e Chipotle o Panera Bread.
Al mismo tiempo, la afluencia de clientes a las tiendas de la cadena de ropa ha caído en los últimos trimestres, y sólo en el ultimo periodo consiguió Urban Outfitters recuperar las ventas un 1%.
Más comida y menos 'trapitos'
La empresa intenta dejar claro un dato simple: los consumidores están aflojando sin problemas sus bolsillos cuando se trata de comer, pero siguen aplazando los gastos en ropa y complementos.
Pese a los intentos de la empresa por explicar cómo se complementan ambos negocios -Urban Outfitters no ha dejado ver cuál es su plan para expandir la actividad de sus pizzerías-, los inversores no parecen haber entendido la operación, y las acciones de la compañía textil se dejaban en torno al 7% en la sesión del lunes, como informa The Washington Post.
Lo cierto es que la cadena de ropa ya había realizado antes un tímido experimento relacionado con el mundo de la restauración, instalando en algunas de sus tiendas rincones equipados a modo de cafetería, con el objetivo de retener más tiempo a sus clientes y atraer de paso a algunos nuevos. Quizá ofrecer pizza sea sólo un paso más de esa peculiar estrategia.
