
Kokomo Ailand es el nombre de un diseño que podría dar nuevas ilusiones a los multimillonarios que ya no consiguen encontrar en el mercado yates más grandes ni más caros que los que poseen.
Se trata de una isla flotante, parecida a una plataforma petrolífera pero diseñada para ser una especie de gigantesca residencia de verano.
Las ventajas son muchas, pero quizá la primera de todas sea no tener que pagar impuestos -basta con situarla en medio del mar-.
Gracias a sus motores, la Kokomo Ailand puede también desplazarse, de manera que su propietario -pongamos que ruso- podría colocarla en el Mar Negro durante el invierno, y llevarla a la Costa Azul francesa cuando el calor del verano apriete.