
El turismo de salud y belleza es una alternativa muy atractiva al clásico destino costero. En nuestro país existe una inmensa cantidad de centros con manantiales propios abiertos al público.
De hecho, Galicia es una de las Comunidades Autónomas con mayor número de ellos. Destacan el Balneario de La Toja, en las Rías Bajas, y el Balneario de Mondariz, a tan solo 25 kilómetros de Vigo.
En La Toja, cuyas aguas termales fueron declaradas de utilidad pública en 1868, el cliente podrá relajarse y disfrutar de diversos tratamientos mineromedicinales. Todo ello rodeado de un idílico entorno natural, en el que la naturaleza y el mar se funden. Técnicas como la hidroterapia, balneoterapia o talasoterapia -tratamiento en el que se emplean algas y barros termales- son sólo algunos de los muchos placeres que ofrece este clásico entre los clásicos.
El Balneario de Mondariz, inaugurado en 1873, se define a sí mismo como referente entre las principales villas termales europeas. Situado en una de las regiones balnearias por excelencia de la Península Ibérica, ha logrado adaptar sus instalaciones a las necesidades de ocio del siglo XXI. Recientemente, ha recibido el Premio Nacional de Salud, por tres siglos de apoyo a la medicina natural.
En Asturias, Las Caldas Villa Termal, que abrieron sus puertas por primera vez en 1776, permiten a sus clientes disfrutar de dos balnearios: Aquaxana -que cuenta con la relajante piscina de la cúpula, basada en el Panteón de Agripa- y El Manantial, ubicado en la antigua Casa de Baños.
Cerca de algunas de las cumbres más elevadas del Pirineo de Huesca, se encuentra el Balneario de Panticosa. El centro de aguas termales, que abre de diciembre a abril y de junio a septiembre, ofrece a sus huéspedes una inmensa variedad de aguas, entre las que destacan las sulfurosas ligeramente carbonatadas, oligometálicas, sulfatadas e hipertermales. Todas ellas brotan del Manantial de Tiberio, ya conocido en la época romana, y detentan unas propiedades excepcionales y beneficiosas para la salud.
Quien haya elegido Cataluña como destino vacacional no debería dejar de visitar el Hotel Balneario Vichy Catalán, ubicado en la localidad de Caldes de Malavella, en Girona. Su origen data de 1883, año en el que las aguas del manantial Puig de les Animes, fueron declaradas oficialmente de utilidad pública. El hotel, cuyo centro termal ocupa un total de 700 metros cuadrados, ha sido galardonado recientemente con el Certificado de Excelencia que la página web TripAdvisor otorga a los establecimientos hoteleros que constantemente reciben buenas opiniones.
A tan solo 184 kilómetros de Madrid, se encuentra el Real Balneario de Solán de Cabras, enclavado en un paraje natural de la serranía de Cuenca, en el municipio de Beteta. La tradición cuenta que el descubrimiento de este paraíso se debió a un pastor, cuyas cabras enfermas se curaron tras bañarse en estas aguas. De hecho, en el año 1755, el por entonces rey Carlos III ordenó construir los baños y la casa de hospedería sobre las que actualmente se sustentan las instalaciones del recinto. Poco a poco, el citado centro de aguas termales fue adquiriendo popularidad y renombre, gracias, en parte, a los testimonios de los médicos y los propios peregrinos que propagaron los efectos salutíferos de las aguas. Son de mineralización débil, hipotónicas, bicarbonatadas, y cálcico-litínicas, idóneas para alteraciones renales, enfermedades reumáticas y problemas digestivos.
Balnearios con nombre propio
Cerca de Plasencia, junto al límite provincial con Salamanca, el Balneario de Montemayor constituye una parada obligatoria de la Vía de la Plata. Situado en el pueblo del mismo nombre, al norte de Extremadura, su origen se remonta a la época romana. Las aguas de este centro termal, especialmente recomendadas para personas que padecen de artritis, artrosis, procesos reumatológicos y afecciones del aparato respiratorio, proceden de dos manantiales próximos entre sí: Columna y Arqueta, y su temperatura de surgencia es de 43 grados centígrados. Enclavado en un pequeño y verde valle, es una plan perfecto para disfrutar de una estancia placentera y relajarse con los servicios de salud que Montemayor ofrece.
Por último, aunque no por ello menos importante, el Balneario de Archena en Murcia permite a todos sus huéspedes dejarse cuidar a través de sus aguas termales, que brotan a 52 grados centígrados. Sus componentes minerales, tales como azufre, cloro, sodio o potasio, hacen de ella un líquido muy beneficioso para la salud. Situado en el Valle de Ricote, este balneario es ideal para beneficiarse de sus aguas mineromedicinales.
Sea cual sea la opción elegida, lo cierto es que España conserva una tradición balnearia muy extensa para disfrutar de este regalo natural en un entorno de relax.