
De nada han servido los últimos movimientos del BBVA para intentar minimizar el ajuste de plantilla que tiene previsto en CatalunyaCaixa (CX) tras su adquisición a finales de abril.
Ni la ampliación de recolocaciones, prejubilaciones y excedencias ha calmado las aguas entre los trabajadores de la antigua caja de ahorros, que ayer encadenó su segunda jornada de huelga. Todas las fuerzas sindicales tuvieron presencia en las calles de Barcelona para exigir una solución a los 1.607 trabajadores de CX afectados por el ERE. Hasta 2.500 personas entre empleados y familiares, según fuentes sindicales, clamaron en puntos clave como Plaza Cataluña, donde está la sede del BBVA.
Lo cierto es que el ajuste que ha llevado a cabo el banco de Francisco González en CX dista mucho de sus intenciones iniciales. El ajuste previsto debía suponer el cierre de 285 oficinas, aunque finalmente echarán la persiana 400. Aunque se ha elevado el número de prejubilaciones a 629 y se ha excluido del ERE a los 294 empleados de las 43 oficinas de CX fuera de Cataluña, los sindicatos piden mitigar el impacto del ajuste trasladando prejubilaciones a los trabajadores de BBVA que lo deseen.