
Navantia ratificó ayer la firma del contrato con el armador español Ibaizabal, realizada hace un mes, para la construcción por parte del astillero público de cuatro petroleros con opción de otros dos más. La Sepi, grupo público adscrito al Ministerio de Hacienda que controla el accionariado de Navantia, despejó ayer en paralelo las últimas dudas en torno a las condiciones económicas del encargo y, según un comunicado, su consejo emitió "las autorizaciones pertinentes" y adoptó "los acuerdos necesarios para el contrato de construcción de los buques petroleros tipo Suezmax".
El importe del contrato ronda los 288 millones de euros, a razón de 72 millones por petrolero. Los clientes serían Total (2) y Cepsa (2). España vuelve así a fabricar petroleros después de dos décadas.
Las dudas de la Sepi derivaban de lo ajustado de las condiciones económicas de la oferta presentada por Navantia y el grupo coreano Daewoo a Ibaizabal. Para ser competitivos en plazos (los cuatro petroleros deben estar terminados antes de final de 2019) y coste, el acuerdo incluye que el grupo asiático provea la ingeniería y el diseño, y Navantia aporte la mano de obra y las instalaciones de ensamblaje.
Beneficios
La Sepi también había expresado reparos, ya superados, relacionados con el riesgo de retrasos, y las penalizaciones asociadas.
El beneficio final para la firma española ronda los 100 mil euros por petrolero, según fuentes conocedoras de las negociaciones, aunque podría aumentar si se logran los seis y se fabrican en serie, algo que aumenta el margen pero a lo que Navantia no está acostumbrada ya que sus productos clave son militares y, por tanto, específicos y distintos unos de otros. El reparto de esos 288 millones entre ambos grupos está por determinar, y dependerá del volumen de materiales que proceda de Corea o de España. Por ejemplo, las veinte mil toneladas de acero que precisa cada buque podrían ser suministradas por Arcelor España siempre que esta firma iguale la oferta que proporcione Daewoo.
El contrato implica 3 millones de horas de trabajo que dotarán de trabajo a los astilleros de Puerto Real y Ferrol durante cuatro años.